"Me reuní con Poza, el director técnico. En aquella reunión el entrenador (Sergi Fortes) no estaba. Se disculpó por la no asistencia, pero pienso que tendría que haber venido. Poza me dice que no cuentan conmigo en su nuevo proyecto. Lo único que lamento es que me lo dijeran una vez acabada la temporada. Me sabe mal no haberme podido despedir de todo el mundo en la pista". Natxo Ariño reflexiona de este modo sobre su adiós de la UE Mataró.
Ha sido un adiós provocado por la decisión del club, que prefiere orientar su política deportiva de otro modo. El jugador, que lleva más de 30 años en la entidad y 17 temporadas en el primer equipo, ya se lo husmeaba: "El entrenador no ha confiado en mí, lo he ido viendo durante la temporada y, evidentemente, entiendo que él no me quiere. Yo ya me lo imaginaba, pero realmente pienso que todavía podía seguir ayudando. El tema es que no ha habido química con el entrenador nuevo, no tenía minutos y, en este sentido, entiendo la decisión del club".
Sergi Fortes llegó para ser el sucesor de Charly Giralt, el entrenador más ganador de los últimos años en la UEM. Con él en el banquillo, los éxitos fueron del brazo de un sentimiento de unidad y de familia: "Esto se ha perdido un poco y suerte hemos tenido que los jugadores éramos una piña porque, a nivel de ambiente, no ha habido una buena conexión de la figura del entrenador con el grupo".
Natxo Ariño quiere seguir jugando. Ya no será con el club de su vida, pero tiene claro que todavía quiere disfrutar del baloncesto: "Tengo 39 años, pero físicamente me siento mejor que nunca. Me gustaría seguir jugando, pero bajando niveles y haciéndolo un poco para pasármelo bien. Me gustaría disfrutar del baloncesto de otro modo. De momento estoy entrenando en Cabrera, que lo tengo cerca de casa y también conozco al entrenador, Jordi Ventura".
Cuando mira atrás, y después de toda una vida en la UE Mataró, Ariño ve que son años que le han marcado para siempre: "El baloncesto me lo ha dado todo. Los amigos, la pareja, la madre de mi hijo, todo. Me llevo mil amistades; los conserjes, la gente mítica del club... da lástima no verlos cada día a partir de ahora, pero me llevo muchos amigos y muy buenos recuerdos".
Amistades y familia para toda una vida y, dentro de la pista, momentos que también le acompañarán para siempre: "La temporada de Jordi Ventura, cuando me dio galones en el primer equipo. Esta temporada la recuerdo mucho. Y después bajamos y volvimos a subir. Me rompí los cruzados en Sitges y la temporada siguiente, justamente, volví en Sitges en las fases de ascenso. Yo al principio no quería jugar por los malos recuerdos que me traía el escenario, pero al final volví. Y los ascensos... de Copa a EBA muy bien pero, claro, una vez logras de EBA a LEB Plata es increíble. Lo queríamos, pero nos parecía imposible. Y lo mejor de todo es que lo hicimos con el grupo, con el bloque que teníamos cuando todavía jugábamos en Copa Catalunya. Esto me hace sentir especialmente orgulloso".
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