Que esta semana que termina concluirá con el Domingo de Ramos es tan real a nivel litúrgico y de calendario como cada vez menos extendido o conocido. En una sociedad secularizada, que este domingo tenga el apellido que se quiera, lo realmente importante es que comienza la Semana Santa. Desde el viernes, los niños ya no van a escuela y ya nos hemos comido la cuarta parte de 2025. Ojito.
Pero este domingo se escribe en mayúsculas porque es Domingo de Ramos. Lo saben los de misa, lo saben toda la cuadrilla de cofrades y penitentes de la Semana Santa, lo saben los cuatro artesanos o vendedores que quedan de palmas y palmones o lo sabe la Vieja Cuaresma, que menos mal que está colgada porque, si no, le tocaría hacer equilibrios sobre una sola pierna. Pero aquí nos han hecho venir para hablar de gastronomía y, hasta ahora, más allá de alargar la alocución, estamos mareando la perdiz. Tal vez convenga centrarnos. El Domingo de Ramos y, por extensión, todo su fin de semana tienen asociada una de las tradiciones dulces más sensacionales del año. Señores y señoras, de tan buenos que son, se merecen obviamente el titular escogido: son lo mejor del Domingo de Ramos.

Los Señores y Señoras (o currutacos fuera de Mataró)
Los Señores y Señoras no son exclusivos de Mataró, pero se conservan más en la capital del Maresme que en otros lugares. Lo que sí es propio de aquí es el nombre, ese ‘Señores y Señoras’ que proviene del hecho de que una de las siluetas más representadas en estas galletas mórficas son las de un señor y una señora. Tal cual fueran los dibujitos que distinguen, en los lugares públicos, los baños de ellos y ellas. Fuera de Mataró, donde ha habido (y en algunos sitios aún hay) galletas propias de Ramos, prevalece el nombre de ‘currutacos’ para referirse a ellas. Propio del castellano, un currutaco es un objeto pequeño (o algo currutaco es más bien chato), de modo que si la denominación mataronina deriva de la forma, la prevalente en otros lugares hace más referencia al tamaño. Cosas sensacionales de la etimología gastronómica, ¿verdad?
De formas divertidas y, sobre todo, bien duras
He aquí los Señores y Señoras y lo que son. Unas galletas duras y dulces que, cuando la tradición de las palmas y palmones era más extendida, a menudo se colgaban como elemento decorativo efímero (antes de los mordiscos, se entiende) para embellecerlo todo y hacerlo más atractivo para los niños. Sí, todavía hay quien lo hace. Tal vez no todo deba conjugarse en pretérito. Y lo que convierte a esta galleta en única es su excepcionalidad (solo se hace para Ramos, solo se come en estos días) y su característica forma.
Aquí podríamos versionar al inefable chico mallorquín y su inocente pubertad con el “albóndigas, qué buenas están” con un localista “Señores y Señoras, ¡qué duras están!”. Ay, que vamos por el quinto párrafo del panegírico y aún no hemos elogiado la magnificencia gustativa del invento. Los más refinados lo llamarían nota de cata, como si fuera la gran cosa. Alguien puede haber llegado hasta aquí y protestar con razón que aún no hemos dicho bien qué son los Señores y Señoras. Que por qué debería comprarlos por Ramos. Hagámosle caso y, sobre todo, intentemos persuadir en el mantenimiento de la tradición, tan gentil y deliciosa como es.
Le pregunto a Claudi Uñó, que es uno de los mejores pasteleros de Mataró. No es que lo diga quien escribe –que también–, es algo que a estas alturas está fuera de duda. Aunque parezca que, en estas fechas, lo único en la orden del día de Uñó sean las monas, la semana pasada encontró el momento de preparar los ‘Señores y Señoras’. Le pregunto qué son exactamente y me responde de manera concisa y directa: “Una galleta muy dura hecha con harina, huevo, azúcar, canela, limón y agua, que se hacían con la finalidad de que se colgaran en la palma”.

Señores y Señoras de Pastelería Uñó, en el obrador
Claudi asegura que “las figuras debían tener algún ángulo para poder colgarse” de la palma o palmón y reafirma que “aquí en Mataró es uno de los lugares donde la tradición se mantiene más viva, por eso seguimos haciéndolas”.
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