Antoni Pons es el pastelero de Sacher (C/ Santo Benet), pero más allá de su día a día creando dulces maravillosos, también mujer clases al Gremio de Pasteleros en el apartado del caramelo artístico, una disciplina que mezcla pastelería y arte.
"Desde que acabé hace tres años que doy clases de esta disciplina; me interesa mucho y me he ido formando con los mejores, como con el campeón del mundo Davide Malizia", explica Pons.es trata de una propuesta pensada por competiciones. El caramelo que usan no es azúcar, sino isomal, un edulcorante que aguanta mejor la humedad que hay en el Mediterráneo y que es translúcid, hecho que mujer mucho juego para hacer auténticas obras de arte.
"Estas piezas que creamos no se pueden comprar ni comer, son para competir; de hecho, el isomal en exceso es laxante", relata Pons, que añade: "en concursos a nivel español se pide una pieza de chocolate, una de hielo y una de caramelo".
Una obra como la de la imagen puede tardarse a hacer unas ocho horas (las tiras que sirven de ornamento son una técnica aprendida con Malizia y la formación que tuvo Pons recientemente) y el pastelero mataroní espera en un futuro competir con su experiencia: "todavía no lo he hecho porque quiero aprender más, pero en un futuro me gustaría tomar parte en algún concurso".

Una de las creaciones de Pons, de la pastelería Sacher.
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