El aceite de girasol, inferior en todo al aceite de oliva?

El aceite de girasol ocupa el segundo lugar de óleos más consumidos a España por detrás del óleo de oliva. Desde el punto de vista nutritivo, el aceite de girasol está formato, fundamentalmente, por ácidos greixosos poliinsaturats, de entre los cuales destacamos el ácido linoleic. Estos ácidos greixosos se consideran esenciales y se tienen que proporcionar directamente a nuestro organismo diariamente, a través de los alimentos. En nuestro cuerpo, las grasas poliinsaturats tienen la función de reducir los niveles de colesterol total y los triglicéridos. También producen vasodilatación y, por lo tanto, contribuyen a reducir los accidentes cardiovasculares.

El aceite de girasol también aporta grasa monoinsaturat, en forma de ácido oleico, a pesar de que en menor cantidad que el que encontramos en el óleo de oliva. En este sentido, el aceite de oliva tendría un perfil lípidic mejor que el de girasol.

Después del aceite de germen de trigo, el de girasol es lo más rico en vitamina E. Recordamos que esta vitamina tiene una reconocida acción antioxidante. Esto quiere decir que contribuye a evitar la oxidación de las células del organismo y a protegernos de la acción de los radicales libres. Esto se traduce en un menor riesgo de sufrir dolencias degenerativas. El contenido en vitamina E del óleo de girasol es superior al contenido del óleo de oliva, a pesar de que se pierde cuando es sometido a altas temperaturas.

A nivel de sabor, un rival de altura

A nivel de sabor, el aceite de oliva es mucho más apreciado que el óleo de girasol y si se calienta, los óleos de entonces resisten peor las altas temperaturas que el óleo de oliva. Por eso, en fritos, se acostumbra aconsejar el óleo de oliva o, en su defecto, utilizar un solo golpe el óleo de entonces, por ejemplo, si hablamos de fritos y, en este caso, el gusto del mismo óleo no es prioritario.