"Antes la moda la marcaba el cine y la televisión. Hoy, los juegos de ordenador." Claudi Uñó, de la mítica Pastelería Uñó de La Riera de Mataró, reflexiona sobre el paso de los años y el cambio en las tendencias de consumo. En este sentido, es probable que el videojuego Among Os se lleve todos los trumfos de la Pascua 2021. No entraremos ahora a detallar las interioridades de Among Os porque no es este el sentido de la pieza, pero también es cierto que lo podríamos resolver afirmando con contundencia que el autor de la misma no había sentido a hablar nunca de Among Os. Seguro que Among Os tiene página a la viquipèdia.
A la pastelería Maica confirman la tesis de Uñó y añaden una teoría. Carmen Rodríguez piensa que la pandemia también ha influido en el cambio de tendencia: "Este año los niños no han podido ver estrenos de Disney en el cine. Por eso piden temas de videojuegos, auriculares, mandos y estas historias." A Maica también han encargado monas de Among Os y otros éxitos informáticos o de PlayStation.

Las monas más elaboradas
En cualquier caso es una evidencia que los hábitos cambian, como lo hacen las plataformas de comunicación. La esencia de la tradición, pero, se mantiene inalterable. La mona de Pascua es una liturgia sagrada en casa nuestra. Más allá del sentido religioso que se quiera conferirle, la ilusión para recibirla de manos de padrinos y madrinas es palpable estos días entre los más pequeños de la casa. La pastelería artesanal, en consonancia con la herencia recibida, rechaza monas de imitación: "Hacer impresiones con los dibujos de moda no me acaba de convencer.
Así no trabajas el chocolate como tendrías que hacerlo." Se expresa en estos términos Antoni Pons, de la pastelería Schr: "Yo dejé de hacer piezas de moda para crear mis propias piezas, y han tenido mucha aceptación. Ahora puedo disfrutar de una época creativa y no quiero encasillarme haciendo cosas de Mickey Mouse de turno". Sacher, una de las pastelerías más emblemáticas y de prestigio del territorio, decidió un camino propio que le está funcionando gracias a la creación de piezas únicas y diferenciadas que no se encuentran en otros lugares. Artesanos de primera a través de las creativas manos de Pons, que ha heredado e impulsado con su toque personal una trayectoria reconegudíssima dentro del gremio durante muchos años, basada en la calidad y propuestas diferenciales.

"Tiene razón", coincide Claudi Uñó cuando haces referencia a la negativa de Pons de usar impresiones: "Esto es hacer fotocopia sobre chocolate y vender una mona que en realidad no lo es. Es propio de la industria, pero no de la pastelería artesanal." Uñó, hijo del reconocido Claudi sénior, trabaja el chocolate con la precisión de un relojero y con mucha cura: "Jugamos con las temperaturas del chocolate para ir enganchando con delicadeza todas las piezas de la mona".
Los animales también forman parte de las creaciones de Antoni Pons a Schr: "Leones, cangrejos, koalas, gusanos o pandas. El cerdo, el gallo, el elefante y la abeja son novedades de este año. También el pop del TikTok".

El 2020, en pleno estallido de la pandemia, la venta de monas cayó alrededor de un 30 o 40% en relación al año anterior. Es difícil, de cara este 2021, hacer una previsión de ventas. Después de Navidad, las pastelerías artesanales ya empiezan a preparar las monas de Pascua. Es un proceso largo y laborioso, casi contracultural a los tiempos que corren de prisas e inmediatez, pero las tradiciones son buena parte de la esencia cultural de un territorio.
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