Durante años se ha repetido como un mantra: hay que beber ocho vasos de agua al día, que equivalen más o menos a dos litros de agua. Pero una nueva investigación japonesa, publicada a la revista Science, pose en entredicho esta recomendación universal. Según el estudio, las necesidades reales de hidratación varían mucho entre individuos y pueden ir desde un litro hasta más de manantial, dependiendo de varios factores personales y ambientales. El estudio ha analizado más de 5.600 personas de 23 países, de edades muy diversas, para mesurar el "ritmo de renovación del agua corporal", es decir, cuánta agua entra y sale del cuerpo diariamente. A diferencia otros métodos, ha tenido en cuenta no solo el agua bebida, sino también la proveniente de los alimentos y la generada por el metabolismo.
Las claves para una buena hidratación
Los investigadores han identificado varios elementos clave que influyen en la necesidad de agua:
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Edad y sexo: Los hombres jóvenes (hasta los 30 años) necesitan más agua (hasta 4,3 l/día) que las mujeres adultas (3,4 l). Con la edad, estas cifras disminuyen hasta recomendar 3,1 litros para los hombres y 2,8 litros por las mujeres pasados los 70 años.
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Composición corporal: Más músculo implica más demanda de agua, de aquí la diferencia entre sexos.
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Actividad física: El ejercicio aumenta significativamente la renovación hídrica. Los deportistas, por ejemplo, necesitan un litro más que las personas sedentarias.
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Clima y altitud: Zonas cálidas o a gran altitud elevan las necesidades de hidratación pueden ser de un litro de más. Hablamos de lugares donde las temperaturas superan los 30 grados.
El cuerpo obtiene un 85% del agua de líquidos y alimentos, y un 15% del metabolismo. Frutas, verduras y alimentos con alto contenido en agua como sandía o pepino son grandes aliados para mantenernos hidratados.
Recomendaciones claras y personalizadas para una buena hidratación
Los expertos recomiendan dejar atrás la norma de los dos litros y, en cambio:
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Beber según la sed (una señal corporal fiable).
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Ajustar la ingesta a la actividad física y al clima. Si haces deporte, beber antes, durante y después del ejercicio.
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Observar el color de la orina: clara indica buena hidratación.
A pesar de que otras bebidas también aportan agua, la opción más saludable y eficaz continúa siendo el agua. Infusiones y caldos pueden complementar, pero se recomienda moderar bebidas con alcohol, azúcar o cafeína.
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