La vuelta de vacaciones no siempre es fácil: cambio de horarios, regreso a las obligaciones y, sobre todo, la necesidad de recuperar una rutina de descanso que a menudo se ha visto alterada durante el verano. Las noches más largas, las salidas, los viajes y la relajación de los horarios habituales hacen que muchas personas lleguen a septiembre con el ritmo de sueño desajustado.
Sin embargo, dormir bien es esencial para la salud física y mental. Según especialistas de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), la falta de descanso no solo causa cansancio e irritabilidad, sino que puede empeorar enfermedades preexistentes y aumentar el riesgo de otras, como la obesidad, la diabetes o los problemas cardiovasculares.
- Los adultos españoles duermen, de media, 6,5 horas por noche, una hora y media menos de lo recomendado.
- La vuelta a la rutina es, por tanto, una oportunidad para reordenar los hábitos y mejorar la calidad del sueño.
¿Por qué es tan importante el sueño?
El sueño saludable no solo proporciona descanso. También:
- Consolida la memoria y la información adquirida durante el día.
- Mejora el rendimiento cognitivo y la atención.
- Regula las hormonas relacionadas con el estrés y el crecimiento.
- Refuerza el sistema inmunitario.
- Reduce el riesgo de infecciones y enfermedades cardiovasculares.
Dormir mal, en cambio, se traduce en cansancio, falta de concentración, irritabilidad y defensas bajas.
10 consejos para recuperar los hábitos de sueño tras las vacaciones
Para afrontar septiembre con energía, los expertos recomiendan seguir unas pautas sencillas que ayuden a mejorar la higiene del sueño:
- Exponerse al sol cada día: media hora de luz natural por la mañana ayuda a sincronizar el reloj biológico y favorecer un descanso reparador.
- Mantener una rutina estable: acostarse y levantarse siempre a la misma hora. La repetición es clave para regular el cuerpo.
- Reducir el uso de pantallas: al menos media hora antes de dormir, sustituir el móvil o la televisión por un libro o una lectura relajante.
- Crear un ambiente tranquilo: habitación ordenada, temperatura agradable (entre 18 y 22 °C), oscuridad y silencio.
- Cenas ligeras: evitar comidas copiosas y bebidas excitantes por la noche. Las infusiones relajantes pueden ayudar, siempre con moderación.
- Evitar el alcohol: aunque parezca que relaja, provoca un sueño superficial y menos reparador.
- Ducha tibia antes de dormir: ayuda a relajar el cuerpo y prepararlo para el descanso.
- Hacer ejercicio, pero con horario: practicar deporte es beneficioso, pero conviene terminar la actividad al menos una hora antes de ir a la cama.
- Practicar técnicas de relajación: la meditación, la respiración consciente o la música suave pueden reducir la ansiedad y favorecer el descanso.
- Gestionar las preocupaciones: si no se puede dormir en 20 minutos, mejor levantarse, leer o escuchar música en lugar de forzar el descanso.
Volver a la rutina con energía
La vuelta de vacaciones es la excusa perfecta para establecer un plan de descanso saludable. Adoptar estos hábitos de manera progresiva no solo mejora el sueño, sino que tiene un impacto directo en la productividad, el estado de ánimo y la salud a largo plazo.
Recordemos que dormir bien es tan esencial como comer o respirar. Dedicar tiempo a cuidar el descanso es una inversión para afrontar el día a día con más energía y mejor calidad de vida.
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