Hace un año, la Generalitat puso en marcha la campaña "Mi regla, mis reglas", una iniciativa pionera para facilitar el acceso gratuito a productos menstruales reutilizables. La medida, que buscaba promover una menstruación más sostenible y combatir la pobreza menstrual, permitía a las mujeres en edad fértil obtener una copa menstrual, unas bragas menstruales o un par de compresas de tela en las farmacias de Cataluña. Sin embargo, solo un 20% de las mujeres que podían acogerse a esta iniciativa lo han hecho.
Según datos del Portal de Transparencia, adelantados por 'El matí de Catalunya Ràdio', más de medio millón de mujeres han hecho uso de la campaña, lejos de los 2,5 millones de mujeres de entre 10 y 60 años que se estimaba que podían beneficiarse.
Las bragas menstruales, el producto más solicitado
Entre los productos disponibles, las bragas menstruales han sido las más escogidas, con un 60% de las solicitudes. La copa menstrual ha sido la segunda opción preferida, con un 30% de las mujeres decantándose por esta alternativa, mientras que solo un 11% ha optado por las compresas de tela reutilizables.
Durante este año, las más de 3.280 farmacias que han participado en la campaña no solo han distribuido estos productos, sino que también han ofrecido asesoramiento a las personas interesadas, facilitando información sobre su uso y mantenimiento.
Un balance positivo, pero con margen de mejora
El presidente de la Fundación de Farmacias de Cataluña, Antoni Torres, considera que este 20% de participación es "un éxito", pero señala que una campaña de recordatorio habría ayudado a llegar a más mujeres. Torres destaca que "el balance es muy positivo, pero sería bueno reforzar la difusión de la iniciativa para mantenerla presente en el tiempo".
Los datos muestran que la mayor parte de las mujeres que accedieron a estos productos lo hicieron durante el primer mes de la campaña. En cambio, en los últimos nueve meses, solo 100.000 mujeres han acudido a las farmacias a recogerlos, lo que sugiere que el impacto inicial de la campaña se ha ido reduciendo progresivamente.
Más allá de la economía: un compromiso medioambiental
Aunque la gratuidad de los productos podría hacer pensar que el factor económico ha sido determinante, Torres considera que el perfil mayoritario de las beneficiarias responde más a un compromiso con el medio ambiente que a su situación socioeconómica. "El perfil más común es el de una mujer de unos treinta años, y lo más relevante no es tanto el nivel económico como su conciencia ecológica", apunta.
En cuanto a la distribución por edades, las mujeres de entre 37 y 47 años han sido las que más han hecho uso de la campaña, mientras que las jóvenes de entre 10 y 20 años y las mujeres de entre 50 y 60 años han sido las menos participantes. Además, se observa una tendencia en la selección de los productos según la edad: las mujeres más jóvenes han elegido más la copa menstrual, mientras que las de mayor edad han preferido las bragas menstruales.
Hacia un futuro más sostenible
A pesar de que la campaña ha tenido una acogida moderada, la existencia de iniciativas como esta contribuye a la normalización de la menstruación y fomenta hábitos más sostenibles. La posibilidad de reforzar la difusión de la campaña en el futuro y la sensibilización sobre las ventajas de los productos reutilizables podrían ser clave para incrementar el número de mujeres que opten por alternativas más respetuosas con el medio ambiente y accesibles para todas.
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