Fetge gras
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Redacció

Crece el número de jóvenes con hígado graso: los expertos reclaman medidas urgentes

Uno de los principales problemas del hígado graso es su naturaleza asintomática hasta estadios avanzados, hecho que dificulta el diagnóstico precoz

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El hígado graso, una enfermedad silenciosa que puede derivar en cirrosis, se está convirtiendo en un problema de salud pública creciente. Según los expertos, cada vez se diagnostican más casos en personas jóvenes, lo que pone de manifiesto la necesidad de actuar con medidas preventivas para frenar su expansión.

El consorcio europeo liveScreen, liderado por el IDIBAPS del Hospital Clínic de Barcelona, ha publicado en la revista Gastroenterology la primera definición de "salud hepática". Esta definición es clave para que los gobiernos puedan diseñar estrategias de prevención y monitoreo de la salud del hígado de la población. Según el catedrático de Medicina Pere Ginés Gibert, consultor sénior del Servicio de Hepatología del Clínic, "el concepto de salud hepática nos permite establecer parámetros claros para crear estrategias preventivas eficaces".

Un problema de grandes dimensiones

Cada año, más de dos millones de personas mueren por enfermedades hepáticas en todo el mundo, representando el 4% del total de muertes globales. Además, estas patologías suponen una carga económica importante para los sistemas sanitarios. Solo en Estados Unidos, el coste del tratamiento de la cirrosis hepática ascendió a 32.500 millones de dólares en 2016.

Uno de los principales problemas del hígado graso es su naturaleza asintomática hasta estadios avanzados, lo que dificulta el diagnóstico precoz. "Hace 10 años, la cirrosis asociada a la obesidad casi no existía como causa de trasplante de hígado. Ahora, en Estados Unidos, es la primera causa y en Europa representa entre un 15% y un 20% de los casos", alerta Ginés.

Factores que definen la salud hepática

LiveScreen establece diversos criterios para definir la salud hepática, destacando que un hígado sano es aquel libre de enfermedades diagnosticadas y con marcadores bioquímicos dentro de los valores normales. Entre los factores determinantes se encuentran:

  • Mantener un peso saludable: la obesidad y el sobrepeso están estrechamente ligados al hígado graso.
  • Practicar actividad física regularmente: el ejercicio ayuda a evitar la acumulación de grasa en el hígado.
  • Evitar el consumo excesivo de alcohol: los expertos señalan que más de 7 unidades semanales en mujeres y 14 en hombres incrementan exponencialmente el riesgo de daño hepático.
  • Controlar los niveles de glucosa en sangre: el 55% de las personas con diabetes tienen afectaciones hepáticas.
  • Analizar los marcadores hepáticos: parámetros como AST, ALT y GGT pueden indicar inflamación y daño en el hígado.

Además, existen herramientas no invasivas como el LiverRisk score, que permite medir el riesgo de fibrosis hepática de manera sencilla y gratuita.

La necesidad de acciones públicas urgentes

Los expertos alertan que sin medidas contundentes, los casos de hígado graso seguirán aumentando, con graves repercusiones sanitarias y económicas. "Se está intentando regular el consumo de azúcar en los alimentos, pero estas medidas son tímidas y a menudo chocan con intereses económicos", denuncia Ginés.

Pero hay esperanza: estudios han demostrado que eliminar los factores de riesgo puede detener la progresión de la enfermedad e incluso revertirla en algunos casos. Esto demuestra que la prevención es posible y que se debería actuar con firmeza para proteger la salud hepática de las generaciones futuras.

Fuente: 3cat.cat/324/


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