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Las diez plagas de Mataró y una lucha invisible

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La capital del Maresme procura controlar la sobrepoblación de las especies que pueden ser más nocivas para la ciudadanía y su medio

Onacustica Promocional Febrer 25 3
 

Los mataronenses y las mataronenses deben convivir con especies de todo tipo. Es ley de vida, es ley de medio. Algunas de estas, reproducidas en gran número, pueden ser problemáticas. Para la salud humana o de otros animales. Algunas de estas son oficialmente plagas y en la capital del Maresme hay detectadas que traen de cabeza a los ciudadanos que las sufren. Si vamos dentro de Cinc Sénies, se quejarán de un tipo de plagas. Según la zona de la ciudad, dentro del casco urbano, una especie será más molesta que otra. Según la época del año, la tipología de las instalaciones o los usos y hábitos del entorno y la zona, también variará. En este Capgrós intentamos separar el grano de la paja y nos preguntamos cuáles son las plagas presentes en Mataró y, aún más importante, qué se puede hacer para gestionarlas y paliarlas.

Las ratas y las cucarachas, las dos plagas más presentes y molestas

El concepto de plaga podemos convenir que es muy atractivo. Los técnicos y científicos se llevan las manos a la cabeza porque aquellos que no lo son a menudo lo utilizan mal. Llegamos a casa y, por ejemplo, vemos muchas hormigas y podemos llegar a llamar para decir que hay una plaga. No es el caso. La definición científica o técnica de lo que es y por tanto lo que no es una plaga es un punto de partida teórico del que con demasiada frecuencia la práctica se desvía.

Roedores
Roedores

De las diez plagas de Egipto...

De plagas todos tenemos muy presentes, por cultura, con uno de los mitos sagrados fundacionales del cristianismo y el judaísmo como referencia más clara. Las diez plagas de Egipto son una serie de calamidades descritas en el Éxodo, el segundo libro de la Biblia, enviadas por Dios para forzar al faraón a liberar a los israelitas de la esclavitud. Moisés y su hermano Aarón, siguiendo el mandato divino, advirtieron al faraón de las consecuencias de no dejar marchar al pueblo de Israel, pero este se negó repetidamente. Así, comenzaron las plagas como castigo y demostración del poder de Dios sobre los dioses egipcios.

La primera plaga convirtió el agua del Nilo en sangre, haciéndola imbebible y causando la muerte de los peces. Después, una invasión de ranas cubrió todo el país, seguida de una tercera plaga en la que el polvo de la tierra se transformó en mosquitos que afligieron a personas y animales. La cuarta plaga fue una terrible invasión de tábanos, que trajeron enfermedades y miseria a las tierras de Egipto. A continuación, la quinta plaga provocó una muerte masiva del ganado, afectando caballos, asnos, camellos, vacas y ovejas.

La sexta plaga fue una epidemia de pústulas y úlceras dolorosas sobre egipcios y animales. Luego, una gran tormenta de piedra y fuego devastó los campos, destruyendo cosechas y árboles. La octava plaga fue una invasión de langostas, que terminaron de consumir lo que quedaba de la vegetación. La novena plaga cubrió Egipto con tres días de oscuridad total, un fenómeno aterrador que paralizó la vida cotidiana del país.

Finalmente, la décima y más devastadora plaga fue la muerte de los primogénitos egipcios, incluido el hijo del faraón. Solo los israelitas, que habían marcado sus puertas con la sangre de un cordero, se salvaron de este último castigo. Tras esta tragedia, el faraón cedió y permitió la liberación de los israelitas, que salieron de Egipto en lo que se conoce como el Éxodo, uno de los episodios fundamentales de la tradición judía y cristiana.

Campaña alcantarillas
Campaña alcantarillas

... a las diez plagas de Mataró

En la capital del Maresme, por suerte, no tenemos que sufrir por ranas, úlceras ni langostas. De mosquitos sí, ya hablaremos. Aquí, ningún arroyo nuestro se teñirá del color de la sangre y la oscuridad la tenemos de noche, pero se disipa cada mañana. Pero el nombre y la referencia a las diez plagas pueden ser lúdicos cuando hacemos un recuento de las especies que desde Salud Pública del Ayuntamiento de Mataró y otras instancias intentan controlar. Son las diez plagas de Mataró, en versión mucho menos tremenda.

Porque sí, en Mataró debemos convivir con especies que a la gran mayoría de personas no les hacen la menor gracia y que, además, pueden causarnos daños y problemas. Y tenemos que convivir con ellas, sí, pero al mismo tiempo debemos contribuir a mantenerlas bajo cierto control. Ni las ratas ni las cucarachas, por poner dos ejemplos claros, desaparecerán. No las venceremos ni eliminaremos. Pero periódicamente se interviene. De eso es de lo que queremos hablar.

De la mano del servicio de Salud Pública del Ayuntamiento de Mataró llega la primera sentencia, que es a la vez un aprendizaje: “Con las plagas tenemos que convivir, con un umbral que nos permita que no nos afecten, pero siempre han estado y siempre estarán. Si elimináramos alguna de estas especies, lo que haríamos sería cambiar la cadena trófica: todos los animales ‘sirven’ para algo. La gestión pública consiste en monitorizar poblaciones y reducirlas a niveles que no causen daño a las personas”.

¿Cuándo es plaga y cuándo no es plaga?

En Mataró, como en muchas otras ciudades, la presencia de animales en el entorno urbano puede convertirse en un problema cuando su densidad supera un umbral de tolerancia y se mantiene de manera persistente. Pero, ¿qué es exactamente una plaga? Según explican las técnicas de Salud Pública del Ayuntamiento, “una plaga es cualquier animal que tenga una densidad suficiente para superar un umbral de tolerancia y generar problemas a las personas”. Este umbral, sin embargo, no es numérico, y el hecho de que haya muchos individuos de una especie no implica necesariamente que se considere una plaga. “Lo que define una plaga es si su presencia es persistente y provoca problemas sanitarios o molestias graves”, añaden.

En Mataró se distinguen entre plagas sanitarias y no sanitarias. Por ejemplo, los mosquitos y los roedores pueden transmitir enfermedades, mientras que las hormigas, aunque pueden resultar molestas, no se consideran un peligro para la salud pública. La gestión de estas especies implica un trabajo constante de monitorización, prevención y actuación correctiva, adaptándose a factores como el cambio climático y la actividad humana.

LAS PRINCIPALES PLAGAS EN MATARÓ

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Cucarachas: la batalla contínua en el subsuelo

Las cucarachas son una de las especies más controladas por el Ayuntamiento. “Cada año, hacemos campañas preventivas a partir del mes de abril, porque antes lo hacíamos en junio y nos dimos cuenta de que ya era demasiado tarde”, explican las técnicas. Este cambio se ha producido porque, con el aumento de temperaturas por efecto del cambio climático, los ciclos reproductivos de las cucarachas se han adelantado y ahora sobreviven durante más meses al año.

Las cucarachas se reproducen con más facilidad en viviendas antiguas y edificios de autoconstrucción, especialmente aquellos que no cuentan con sistemas de sifones o válvulas antirretorno en las tuberías de servicio.

Cucaracha
Cucaracha

Aunque a partir de 1996 se introdujeron recomendaciones para instalar sifones y sistemas de sellado, no son obligatorios, lo que mantiene la vulnerabilidad de algunas viviendas. Por ello, muchos vecinos siguen encontrando cucarachas saliendo por los fregaderos, especialmente en zonas con edificios más antiguos o con una mala gestión de las conexiones sanitarias.

En Mataró hay unos 5.600 pozos de registro, pero es imposible tratarlos todos por una cuestión de recursos. Por ello, se utiliza un sistema de geolocalización que permite identificar los pozos más problemáticos. “No podemos abrirlo todo, así que nos basamos en el histórico de presencia de cucarachas para actuar de manera más efectiva”, explican. Cada año se tratan unos 2.200 pozos, priorizando aquellos situados en zonas sensibles como escuelas, hospitales y centros de atención primaria.

Los tratamientos incluyen productos larvicidas y una pintura especial con biocida en los desagües, que actúa como barrera para evitar que las cucarachas emerjan a la superficie. Aun así, el problema no se puede eliminar del todo: “Las plagas no se eliminan, se reducen. Cuando presionamos de un lado, el animal sale por otro”, advierten.

 

 

Roedores: más visibles desde la pandemia

Las ratas y los ratones han sido históricamente un problema, pero desde la pandemia de la Covid-19 su presencia es aún más visible. “Las empresas de control de plagas nos han alertado de que las ratas han perdido el miedo a las personas, porque durante la pandemia no había movimiento en la calle y ellas han ganado terreno”, explican desde el Ayuntamiento.

Campaña de cebos para controlar la población de ratas | R. Gallofré
Campaña de cebos para controlar la población de ratas | R. Gallofré

Para controlarlas, se monitorean mensualmente los puntos críticos con cebos rodenticidas y se revisa el estado del alcantarillado con cámaras especializadas. También se colabora con Aigües de Mataró para detectar problemas estructurales que favorezcan la proliferación de roedores.

Uno de los principales factores que contribuyen a la presencia de ratas es la disponibilidad de alimento. “Si dejamos comida en la calle, las ratas la aprovechan. Lo mismo ocurre con las palomas. Por mucho que hagamos esfuerzos para reducir su cantidad, si la ciudadanía sigue alimentándolas, no servirá de nada”, explican. En este sentido, insisten en la necesidad de evitar alimentar a las palomas o, por ejemplo, dejar comida para especies como los gatos ferales. Las colonias de estos, protegidas, son alimentadas por voluntarios dentro de un sistema de comederos controlado. Dejarles comida fuera de este circuito puede incentivar, precisamente, el aumento de otras especies consideradas plaga.

 

 

PLAGAS EMERGENTES Y El IMPACTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO

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La avispa velutina: una alarma que ha perdido fuerza

En el año 2017, la avispa velutina, una especie invasora procedente de Asia, generó mucha alarma en Mataró y en toda Cataluña. Se temía que esta avispa fuera más agresiva y peligrosa que las autóctonas, pero los estudios han demostrado que no supone un riesgo mayor. “Ahora la tratamos como una avispa más”, explican las técnicas. “Solo inactivamos los nidos si están en zonas de riesgo, pero no los retiramos porque se deshacen solos con el tiempo”.

La actuación consiste en inyectar un insecticida en el nido para eliminar las avispas, evitando así su reproducción. Esto se hace especialmente en zonas donde pueden representar un peligro para personas alérgicas o si el nido se encuentra en lugares muy transitados.

 

Mosquitos tigre: un problema mayoritariamente privado

Cada año, entre mayo y noviembre, se revisan mensualmente 23 zonas y unos 2.000 sumideros para controlar la presencia de mosquitos. No obstante, según el Ayuntamiento, el 80% de la población de mosquitos en la ciudad proviene de espacios privados. “Podemos tener todos los sumideros limpios, pero si la gente tiene agua estancada en los balcones, cubos o cisternas, los mosquitos seguirán proliferando”, advierten.

Por ello, hacen un llamamiento a la responsabilidad ciudadana, ya que “con muy poca agua estancada ya se pueden criar miles de larvas”. En lugar de fumigar masivamente, se opta por la aplicación de productos larvicidas que interrumpen el ciclo vital del mosquito antes de que se convierta en adulto.

 

Palomas y cotorras: alimentación excesiva y crecimiento descontrolado

Las palomas son una de las especies más problemáticas en la ciudad, pero su presencia está directamente relacionada con la alimentación que reciben. “La única manera de reducirlas es dejar de alimentarlas”, insisten desde Salud Pública. A pesar de las campañas de concienciación y la ordenanza municipal que prohíbe darles comida (con multas de hasta 750 euros), todavía hay muchas personas que lo hacen.

Palomas
Palomas

La sobrepoblación de palomas en determinadas ciudades representa un grave problema de salud pública, ya que estas aves pueden transmitir diversas enfermedades a través de sus excrementos, plumas y parásitos. Los excrementos de las palomas no solo deterioran fachadas y monumentos por su acidez, sino que también pueden contener hongos y bacterias peligrosas, como la Chlamydia psittaci (que causa la psitacosis), la Cryptococcus neoformans (asociada a infecciones pulmonares) y la Salmonella. Además, la acumulación de excrementos en espacios públicos genera un ambiente insalubre, favorece la proliferación de insectos y ácaros, y puede desencadenar problemas respiratorios en personas vulnerables, especialmente aquellas con asma u otras afecciones pulmonares. Por ello, muchas ciudades han implementado medidas de control poblacional, como la prohibición de alimentarlas, la instalación de sistemas disuasorios y, en algunos casos, programas de reducción de población mediante pienso anticonceptivo.

 

Un caso similar es el de las cotorras argentinas, una especie invasora que está proliferando rápidamente. “Se está convirtiendo en una plaga, y estamos buscando la mejor metodología para hacer un control efectivo”, explican. Estas aves tienen una gran capacidad reproductiva y desplazan a las especies autóctonas, generando un desequilibrio en el ecosistema urbano.

 

Garrapatas, un caso mediático… pero puntual

Recientemente, un estudio ha detectado la presencia de garrapatas, concretamente de la especie Hyalomma lusitanicum, en varios municipios de Cataluña, incluyendo Mataró. Este estudio, realizado entre 2022 y 2024, ha mostrado una proliferación alarmante de estas garrapatas en 101 localidades, con 1.274 muestras recolectadas en 81 municipios. Los expertos Carlos Pradera y Agustín Estrada-Peña han alertado que estas garrapatas representan un elevado riesgo para la salud pública, ya que pueden transmitir diversas enfermedades, incluyendo la fiebre bovina y la enfermedad de Lyme.

Garrapata
Garrapata

A pesar de estos hallazgos, las autoridades de salud pública no consideran que la situación constituya una plaga. Según las técnicas sanitarias, la detección de siete garrapatas en un área no permite realizar un seguimiento adecuado para determinar su proliferación o impacto real. Esta postura ha generado frustración entre los investigadores, que señalan que llevan dos años advirtiendo sobre el creciente problema de las garrapatas sin que se haya avanzado en ninguna acción significativa por parte de las autoridades competentes. Así pues, la falta de respuesta ante las advertencias de los expertos deja a la población en una situación de incertidumbre respecto al riesgo que estas garrapatas pueden representar.

 

Para minimizar los riesgos asociados con las garrapatas, el Departamento de Salud de la Generalitat recomienda diversas precauciones, como revisarse el cuerpo después de estar al aire libre y controlar a las mascotas. Si se detecta una garrapata adherida a la piel, debe retirarse con cuidado y limpiar la herida. Las autoridades continúan monitoreando la situación, pero la falta de medidas concretas para afrontar el aumento de esta especie de garrapata genera preocupación entre los expertos y la ciudadanía.

Los jabalíes, un caso con peso propio

Otros seres que han llegado a considerarse plagas son bastante más voluminosos que las especies descritas hasta ahora. La presencia ocasional de jabalíes es una problemática que afecta a muchos municipios, especialmente aquellos rodeados de masa forestal. En Mataró se detectan puntualmente, sobre todo en época de cría, registrándose incidencias en la zona agrícola y forestal, y a veces también en el entorno de las urbanizaciones.

Jabalíes
Jabalíes

Desde el Ayuntamiento, y también de manera coordinada con la Asociación Agraria Cinc Sènies-Mata-Valldeix, en el marco del convenio de colaboración firmado con esta entidad, se han llevado a cabo en los últimos años diferentes acciones relacionadas con el control preventivo de la seguridad ante la presencia de jabalíes. En el ámbito agrícola, las inversiones realizadas por los propietarios agrarios en la zona de Cinc Sènies-Mata-Valldeix han sido muy importantes para minimizar las afectaciones en los cultivos. Han apostado sobre todo por la instalación de medidas como los pastores eléctricos y la mejora de los cercados de las fincas. El Ayuntamiento también ha realizado requerimientos administrativos a los propietarios de fincas atractivas para los jabalíes, instándolos a mantenerlas en adecuadas condiciones de limpieza.

También se han adoptado medidas para evitar la presencia habitual de estos animales en lugares donde pueden encontrar alimento. Por ejemplo, con la implantación de la recogida de residuos puerta a puerta en las urbanizaciones, se entregaron a los vecinos ganchos para colgar los cubos en altura con el objetivo de evitar que los jabalíes abrieran las bolsas. Por último, si la situación lo requiere y con el asesoramiento y autorización de la Generalitat de Cataluña, se realizan capturas mediante la instalación de jaulas o batidas.

 

PLAGAS EN LOS BOSQUES DEL MARESME: UN EQUILIBRIO FRÁGIL

procesionaria
procesionaria

Los bosques del Maresme están sufriendo las consecuencias del cambio climático, la falta de gestión forestal y el aumento de diversas plagas que debilitan aún más la vegetación. Según el ingeniero de montes e investigador Oriol Bassa, una plaga se considera preocupante cuando genera “molestias económicas o ambientales significativas”, como cuando una población de insectos se descontrola y causa daños graves a los árboles. En la comarca, esta situación se ve agravada por la persistencia de la sequía desde 2016, con un suelo que retiene poca agua y una densidad de árboles demasiado elevada para la disponibilidad hídrica actual. “Un bosque debilitado es muy fácil que sea presa de hongos, plagas o incendios”, afirma Bassa.

Algunas plagas hacen ‘un ERE’ al bosque atacando los árboles menos sanos

La Thaumatopea phytocampa, conocida como procesionaria del pino, es una plaga que afecta principalmente a los pinos, como el pino blanco y el pino rojo. Esta oruga forma colonias que se desplazan en fila, creando las famosas “procesiones”. A medida que las orugas se alimentan de las agujas de los pinos, provocan un daño significativo en el crecimiento de los árboles, los cuales pueden verse gravemente debilitados y, en casos extremos, morir a causa de la infestación. Así, la Thaumatopea phytocampa representa un peligro para la salud de los ecosistemas forestales, especialmente en zonas con alta densidad de pinares, como es el caso del Maresme.

 

En la comarca, esta plaga ha tenido un impacto muy notable, ya que la zona alberga numerosos bosques de pinos que son fundamentales para el paisaje y la biodiversidad locales. La defoliación que provoca la oruga reduce la capacidad de fotosíntesis de los árboles, lo que los debilita y los hace más susceptibles a otras enfermedades y condiciones adversas, como la sequía. Así, la afectación de esta plaga puede tener consecuencias graves no sólo para la vegetación, sino también para la fauna que depende de estos ecosistemas.

Además de los efectos ecológicos, la Thaumatopea phytocampa puede afectar a la salud pública. Las orugas tienen pelos urticantes que pueden causar alergias en las personas, con síntomas que van desde erupciones cutáneas hasta irritaciones oculares y problemas respiratorios. Esto es especialmente preocupante en zonas de esparcimiento y urbanizaciones cercanas a los bosques, donde la interacción con la población es frecuente. La presencia de esta plaga puede limitar el uso de espacios naturales y afectar la calidad de vida de los vecinos.

Los tratamientos preventivos y la endoterapia son dos metodologías aplicables

Para hacer frente a la plaga, la Federación ADF Maresme, mediante técnicos especialistas como SomForestals, implementa diversas estrategias de control. Esto incluye el uso de tratamientos químicos con insecticidas selectivos, tratamientos biológicos con nematodos y trampas de control físico. Además, la sensibilización de la población es clave para prevenir los contactos con las orugas y reducir el riesgo de reacciones alérgicas. La combinación de estas acciones es fundamental para mitigar los daños que la Thaumatopea phytocampa causa al ecosistema del Maresme y preservar la salud pública.

Para combatirla, se utilizan diversas técnicas según la gravedad del problema. Cuando la infestación es baja, se pueden colocar trampas físicas en los troncos para capturar las orugas antes de que bajen al suelo. En casos más graves, se puede recurrir a la endoterapia, una técnica en la que se inyecta un insecticida directamente al árbol, protegiéndolo durante dos años. “Es un tratamiento efectivo, pero debe hacerse correctamente y sólo cuando sea necesario”, advierte Bassa.

El Tomicus y la muerte silenciosa de los pinos

Entre las plagas más severas se encuentra el Tomicus destruens, un escarabajo perforador que ataca exclusivamente pinos debilitados. Estos insectos detectan los árboles enfermos gracias al olor y los perforan para alimentarse y reproducirse. “Una minucia de Tomicus, del tamaño de la punta de un boli Bic, puede matar un pino de 75 años”, alerta Bassa. Este escarabajo actúa como una especie de regulador natural, eliminando los árboles más débiles y facilitando la renovación del bosque, pero su expansión descontrolada pone en riesgo grandes extensiones forestales.

En la zona de Sant Iscle, Sant Cebrià y Tordera también se ha detectado la presencia del Ips sexdentatus, otro escarabajo perforador que afecta a diferentes especies de pinos. Su acción combinada con la sequía ha provocado que, en algunos lugares del Maresme, entre un 10 y un 15% de los pinos orientados al sur hayan muerto en los últimos años.

Para controlar estos insectos, la mejor estrategia es mejorar la gestión forestal, aclarando los bosques para reducir la densidad de árboles y evitar el estrés hídrico. También se promueve la presencia de depredadores naturales como la carbonera y la azul, colocando cajas-nido para favorecer su población. “Cuando hay mucha oruga o escarabajo, la carbonera actuará, pero hay un desfase: el depredador tarda más tiempo en explotar”, explica Bassa.

 

Otras plagas emergentes: un nuevo reto para los bosques

Corteza afectada por un parásito
Corteza afectada por un parásito

Además de la procesionaria y los perforadores de pinos, otras plagas están comenzando a causar estragos en los bosques del Maresme. Una de ellas es el Xylosandrus compactus, un escarabajo invasor originario de Asia que está afectando a los algarrobos, árboles protegidos que históricamente habían sido utilizados para obtener gasolina en el siglo XIX. Cuando este insecto ataca, el algarrobo segrega una savia oscura característica.

Los robles y las encinas tampoco escapan de las amenazas. En zonas soleadas, un 5% de estos árboles se están muriendo debido a una combinación de hongos y la presencia de la caparreta, un insecto que debilita aún más los ejemplares afectados.

Aunque pueda parecer contraproducente, también hay plagas que pueden ser “favorables” para el ecosistema. Los higos de moro, por ejemplo, están siendo eliminados por una. “En una década no quedará ninguno”, vaticina Bassa.

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