La microbiota i los horarios, la clave para una digestión saludable
La microbiota i los horarios, la clave para una digestión saludable

Redacció

La microbiota y los horarios: la clave por una digestión saludable

La bióloga y experta en microbiota Asun González defiende que respetar los horarios de las comidas y seguir una dieta sencilla y saludable es clave para prevenir trastornos digestivos como el SIBO

patrocini ISSA octubre 25 (2)
 

“Somos un saco de bacterias”. Así describe Asun González, bióloga y experta en microbiota, la esencia de nuestro cuerpo. En el podcast Tiene Sentido, González profundiza en cómo estos microorganismos invisibles pueden ser determinantes para nuestra salud general. Según la experta, no solo nosotros necesitamos ritmos y descanso: la microbiota también sigue unos horarios propios que se pueden ver alterados cuando comemos fuera de hora.

Según González, “lo más ideal sería desayunar a las nueve de la mañana y cenar a las cuatro de la tarde”, un horario que reconoce como casi imposible en la sociedad española actual. No obstante, el mensaje es claro: la regularidad en las comidas es fundamental para mantener un equilibrio intestinal y evitar problemas crónicos. Los síntomas más comunes de desequilibrio de la microbiota incluyen hinchazón, gases o abdomen distendido, y pueden indicar la presencia del SIBO (sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado). Este desequilibrio no es una infección, sino una descompensación que puede generar trastornos digestivos persistentes si no se trata correctamente.

Un 80% de la población afirma sufrir algún tipo de molestia digestiva. González atribuye esta situación a un “déficit de vida evolutiva”: nuestros hábitos han cambiado demasiado rápido para el cuerpo humano, que no ha podido adaptarse a los ritmos modernos. La solución, según la experta, está en la dieta y en la simplicidad: pescado, verduras y agua. Una alimentación basada en el modelo pesco-mediterráneo, combinada con un ayuno intermitente adaptado a los ritmos del sol, permite cuidar la microbiota sin necesidad de menús complicados ni estrategias extremas.

Qué es el SIBO y cómo tratarlo

Curar el SIBO es posible, pero no existen atajos mágicos. El tratamiento exige entender el origen del desequilibrio, contar con la ayuda de profesionales y mantener hábitos saludables. El estrés, los antibióticos y las intolerancias no diagnosticadas son factores habituales detrás de este problema.

Los probióticos y prebióticos actúan como el abono del “jardín intestinal”, pero no todos son igualmente recomendables. Hay que elegir correctamente las cepas bacterianas, combinarlas con una dieta adecuada y evitar la tentación de los suplementos sin supervisión. González subraya que el intestino no solo realiza digestión: está conectado con el cerebro, la piel y el sistema inmunitario. “Una persona con eccemas o fatiga puede tener su origen en una microbiota desequilibrada”, explica.

La clave no es rechazar la tecnología, sino recuperar ciertos hábitos naturales. La modernidad, dice González, nos ha pasado por encima: los ultraprocesados, la falta de sueño y el sedentarismo perjudican a nuestros “viejos amigos” microbianos. Adoptar una alimentación equilibrada, respetar los horarios de las comidas y cuidar los ritmos naturales del cuerpo son pasos fundamentales para garantizar una microbiota sana y, por tanto, una mejor salud global.

La propuesta de González combina dieta sencilla, horarios regulares y atención al estilo de vida, demostrando que, aunque sean invisibles, nuestros microorganismos necesitan respeto y rutina para mantenernos sanos.

Fuente: www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida


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