La botella de Arenys más buscada: una joya de Calisay que los coleccionistas pagan a más de 100 €

Muchos habitantes del Maresme han crecido con Calisay en casa. Este licor de hierbas, que fue uno de los productos más populares de la comarca, a menudo se encontraba en rincones del mueble de la abuela, en el armario de la cocina o en alguna pequeña barra doméstica. Lo que muchos no podían imaginar entonces es que, décadas más tarde, estas botellas olvidadas se convertirían en objetos muy preciados para los coleccionistas.

Actualmente, algunas botellas de Calisay Mollfulleda se pueden encontrar a la venta por precios que superan los 100 €. Por ejemplo, una botella de un litro de los años 70, con el sello de “8 pesetas” y etiqueta original, se comercializa por 120 €. En comparación con su precio original, modesto y asequible, el valor actual refleja el creciente interés entre coleccionistas de licores y productos históricos.

Un licor con más de 150 años de historia

Calisay es un licor de hierbas con una fórmula que parece originarse en un monasterio de Bohemia y que posteriormente se elaboró en Blanes y, a partir de 1896, en Arenys de Mar por la familia Mollfulleda. Su producción se realizaba en la Factoría Calisay, situada en un antiguo molino harinero del siglo XVI, en el corazón del río de Arenys.

Según el libro Gran licor Calisay. Memoria del buen gusto (1895-1995), de Joan Celdran Danés, los fundadores de la marca vendieron la patente a Magí Mollfulleda junto con los moldes para fabricar las botellas y para imprimir las etiquetas, elementos que serían reconocibles durante décadas. La familia Mollfulleda consolidó el máximo esplendor comercial de Calisay, que se convirtió en un referente de calidad y tradición en el Maresme.

El licor se caracteriza por su sabor suave y aromático, resultado de la elaboración artesanal con plantas, flores, raíces y frutos. Era ideal para aperitivos o para degustar en sobremesas, y se convirtió en un producto casi universalmente conocido en Cataluña.

Del mercado doméstico al mercado coleccionista

Durante los años 70 y 80, muchas familias del Maresme tenían una botella en casa. Hoy, estos ejemplares han adquirido un valor inesperado. Entre los coleccionistas, las botellas con sello de “8 pesetas” y etiquetas originales son especialmente buscadas. La petaca con tapón de corcho, un modelo rarísimo, es casi una joya para los aficionados, con pocos ejemplares conservados.

Los precios actuales reflejan esta demanda. En portales de compraventa especializados, una botella de Calisay Mollfulleda puede superar los 100 €, aunque el objeto ha dejado de ser simplemente un licor para convertirse en una pieza de colección histórica y cultural.

Una fábrica que ahora es centro cultural

La antigua fábrica de Calisay, que fue epicentro de la producción durante casi un siglo, ha cambiado completamente de función. En 1996, el Ayuntamiento de Arenys de Mar adquirió el edificio con el objetivo de convertirlo en un Centro Cultural Calisay, que hoy dinamiza la actividad cultural de la población. A pesar de que la producción de licor ha desaparecido del lugar, la historia de Calisay sigue viva, no solo en la memoria de los vecinos, sino también en las colecciones privadas.

La fascinación por Calisay no es solo nostálgica. El licor representa un legado cultural y social: la combinación de artesanía, calidad e historia local ha convertido las botellas en pequeños testimonios de una época. Tal como recoge Joan Celdran Danés en su libro, la historia del licor no es solo empresarial, sino también social: habla de la vida en Arenys, de las familias que lo consumieron y de los espacios donde se producía.