Uno de los bunkers a la costa del Maresme. Foto: R.Gallofré
Uno de los bunkers a la costa del Maresme. Foto: R.Gallofré

La línea defensiva del Maresme: ruta por los búnkeres de la Guerra Civil a Arenys y la costa

Un viaje por las fortificaciones costeras que todavía hoy son muy visibles en primera línea de mar y que explican cómo la comarca se protegió durante la guerra

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El litoral del Maresme esconde aún hoy las cicatrices de uno de los episodios más trágicos del siglo XX. Búnkeres, nidos de ametralladoras, puntos de observación y antiguas baterías antiaéreas forman parte de una línea defensiva construida durante la Guerra Civil para proteger la retaguardia republicana ante un posible desembarco de las tropas franquistas. Un patrimonio discreto pero de gran valor histórico que, gracias a la Ruta de la Guerra Civil en el Maresme, se puede recorrer y comprender desde la óptica de la memoria democrática.

Impulsada por el Consejo Comarcal del Maresme con el apoyo del Memorial Democràtic, la ruta fue inaugurada oficialmente en la primavera de 2023 y cuenta con la participación de 10 municipios de la comarca: Argentona, Caldes d’Estrac, Calella, el Masnou, Malgrat de Mar, Mataró, Premià de Dalt, Santa Susanna, Sant Vicenç de Montalt y Vilassar de Mar. El objetivo es doble: preservar los espacios de memoria de la Guerra Civil y, al mismo tiempo, fomentar un turismo cultural responsable vinculado al territorio.

Un dels fortins a la costa de Mataró. Foto: R.Gallofré
Uno de los fortines en la costa de Mataró. Foto: R. Gallofré

Tres itinerarios para entender la guerra en el Maresme

La Ruta de la Guerra Civil se estructura en tres grandes itinerarios temáticos. El primero es el de Retaguardia y frente, que pone el foco en la vida cotidiana durante el conflicto: hospitales improvisados, fábricas reconvertidas para la producción bélica o refugios antiaéreos construidos a raíz de los bombardeos. El segundo, el de Defensa de la costa, recorre los elementos militares levantados a lo largo del litoral, como trincheras, nidos de ametralladoras, baterías y puntos de observación. Y el tercero, el Itinerario de las Embajadas, singular del Maresme, recuerda el traslado de cuerpos diplomáticos extranjeros a poblaciones de la comarca a partir de 1938, huyendo de los peligros de Barcelona.

Es precisamente el itinerario de Defensa de la costa el que permite seguir la línea de fortificaciones que aún hoy son visibles en municipios como Arenys de Mar o Mataró, testigos mudos de una costa que vivió con miedo los bombardeos desde el mar y el aire.

Arenys de Mar, una villa bajo la amenaza de los bombardeos

En Arenys de Mar, los búnkeres y puntos de defensa de la costa se han convertido en un elemento clave del relato histórico local. Durante la Guerra Civil, la villa sufrió la presión constante de los ataques franquistas, lo que obligó a construir nidos de ametralladoras y espacios de vigilancia en el litoral. Hoy, este patrimonio se da a conocer a través de itinerarios guiados, especialmente en el marco de las Jornadas Europeas del Patrimonio, con la colaboración del Grupo Búnquers Arenys, que ayuda a contextualizar cómo se vivió el conflicto en el municipio.

Las visitas permiten comprender cómo la población civil se adaptó a una situación de guerra, cómo funcionaban estos sistemas defensivos y qué papel desempeñó el Maresme como retaguardia republicana.

Un dels bunquers maresmencs

Uno de los búnkeres del Maresme

Mataró y los búnkeres del frente marítimo

Uno de los puntos más destacados de la ruta es Mataró, que conserva cinco búnkeres en su frente marítimo, situados entre la playa del Varador y el torrente de Vallgiró. Construidos con hormigón sobre piedra y acabados con arena para favorecer su camuflaje, estos fortines estaban separados aproximadamente por 600 metros y funcionaban como puntos de vigilancia y defensa ante posibles incursiones enemigas.

Durante la guerra, Mataró fue objeto de bombardeos navales, como los perpetrados por el crucero Canarias los días 8 de junio y 22 de julio de 1937. Una vez finalizado el conflicto, los búnkeres tuvieron usos diversos: vigilancia del contrabando por parte de la Guardia Civil o incluso viviendas improvisadas en los años cincuenta.

El proceso de recuperación de estos elementos comenzó en el año 2001 gracias a la Comisión de la Memoria Histórica de la Gent Gran de Mataró. Tras un trabajo de investigación, inventario y catalogación, en el año 2013 los cinco fortines conservados fueron declarados Bien Cultural de Interés Local. Hoy forman parte del paisaje costero y están debidamente señalizados para explicar su historia y su función.

Memoria, patrimonio y turismo cultural

La Ruta de la Guerra Civil en el Maresme se complementa con una plataforma digital y una aplicación móvil, que permite seguir los itinerarios y acceder a información histórica de los diferentes espacios. Además, el proyecto prevé un Centro de Interpretación en Santa Susanna y se integra dentro de la estrategia turística “La herencia del Maresme”, que pone en valor el patrimonio cultural de la comarca.

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