Greenpeace ha alertado de que varias playas del Maresme se encuentran entre las más vulnerables de Cataluña frente a los efectos del cambio climático y la presión urbanística. Según el informe Destrucción a toda costa 2025, presentado este miércoles, la playa del Cavaió de Arenys de Mar, las de Montgat, las de la Murtra y el Morer de Sant Pol de Mar y la playa dels Pins de Pineda de Mar figuran en la lista de puntos críticos del litoral catalán.
La organización ecologista señala que estas zonas sufren una regresión alarmante de la arena y una elevada exposición a la subida del nivel del mar. En Montgat, por ejemplo, la pérdida de arena alcanza el 74%, situando al municipio como el que registra la regresión más pronunciada de toda el área metropolitana norte de Barcelona.
Efectos a nivel catalán
Según el informe, en Cataluña el nivel del mar podría incrementarse 26 centímetros de media hasta el año 2050, con graves consecuencias para los ecosistemas y núcleos urbanos cercanos a la costa. Además, la combinación de este fenómeno con la construcción de infraestructuras y urbanizaciones en zonas de riesgo agrava la vulnerabilidad de las playas.
“El modelo de sol y playa se está convirtiendo en mucho sol y poca playa”, ha advertido Elvira Jiménez, coordinadora de campañas de Greenpeace. La entidad acusa a las administraciones de “inmovilismo” y de “insistir en un modelo obsoleto de desarrollo litoral que olvida los límites ecológicos”.
Soluciones propuestas
Greenpeace reclama medidas urgentes para revertir la situación, como la restauración de ecosistemas costeros, la prohibición de construir en zonas inundables y una reforma profunda del modelo turístico. También propone soluciones basadas en la naturaleza, como la protección de dunas, humedales y playas naturales, para reforzar la defensa frente al avance del mar. La ONG advierte que aún hay margen para actuar: una reducción moderada de las emisiones podría evitar hasta el 40% del retroceso de las playas en todo el mundo.
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