336 pisos de la Sareb en Mataró pasarán a manos de la Generalitat para que puedan destinarse a alquiler asequible. Estos son los datos del patrimonio del “banco malo” en la capital del Maresme, a los que hay que sumar solares en propiedad como el que acoge la finca de Can Fugarolas, donde debe ampliarse el parque habitacional. Todas estas propiedades pasarán a ser vivienda protegida permanente dedicada al alquiler asequible.
El president del Govern, Salvador Illa, y la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, han firmado este viernes el protocolo para ceder a la Generalitat la gestión de 13.000 viviendas y más de 300 solares de la Sareb. Generalitat y Estado han formalizado así el acuerdo que Illa anunció durante el debate de política general en el Parlament la semana pasada, y que prevé la cesión de la gestión a la Generalitat de 13.000 viviendas y 300 solares de la Sareb. Concretamente, los 300 solares se incorporarán a la reserva pública y los inmuebles serán para usufructo de la Generalitat.
Modelo aplicable a otras comunidades
Según el acuerdo, los 300 solares se incorporarán a la reserva pública durante los próximos 75 años. En el caso de las viviendas, la Generalitat ostentará su gestión durante los próximos cuatro años —prorrogables—, aunque el Departamento apunta que este plazo puede estar sujeto a cambios. Todas estas propiedades pasarán a ser vivienda protegida permanente dedicada al alquiler asequible. En el caso de Cataluña, se estima que esta identificación pueda alcanzar un perímetro de unas 13.000 viviendas y más de 300 solares en diferentes estados de disponibilidad, de manera que su gestión se realizará en diversas fases a lo largo del tiempo.
La incógnita de Can Fugarolas

Entre el “botín” de la SAREB en Mataró que pasa ahora a manos de la Generalitat hay un solar conocido y muy sensible en la capital del Maresme: el que acoge el equipamiento cultural y social autogestionado de Can Fugarolas, en el barrio de l’Havana. La asamblea que hace más de una década acondicionó y activó este espacio en un antiguo concesionario sigue atenta a la concreción del nuevo traspaso, semanas después de saber que la SAREB había transferido al SEPES la titularidad del terreno donde el colectivo tiene un contrato vigente, que el “banco malo” no reconoce y que, de hecho, ya ha sido judicializado.
El enredo de Can Fugarolas es difícil de resolver. Aunque la solución urbanística que la asamblea de colectivos ha planteado en los últimos tiempos contempla la promoción de vivienda cooperativa en la finca, la literalidad del traspaso del solar dentro del acuerdo entre el Ministerio y la Generalitat puede “obligar” a destinar todo el suelo edificable a vivienda, tal y como estaba previsto en el Plan General de Mataró. La pelota, en todo caso, estará ahora en manos de la Generalitat y también del Ayuntamiento de Mataró, donde habrá que examinar si se puede “cocinar” una solución a medida que logre “salvar” el proyecto de Fugarolas gracias al traspaso del solar a la administración catalana.
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