Hores de suport educatiu
Hores de suport educatiu

Que los alumnos con dificultades hagan 4 horas semanales de apoyo educativo

La Fundación Bofill plantea grupos reducidos de alumnos a matemáticas a la ESO y alerta que la pobreza "atraviesa" todos los indicadores

La Fundación Bofill ha propuesto que los alumnos con dificultades o con bajo rendimiento académico reciban cuatro horas semanales de apoyo para reforzar los aprendizajes. Para llevar a cabo esta medida harían falta 3.200 docentes de primaria, 2.300 de los cuales en centros públicos, y 2.400 profesores de secundaria, 1.800 en la pública. Sugiere que estas cuatro horas se podrían realizar “aprovechando el horario de mediodía” de lunes a jueves o con otras fórmulas. Otra propuesta es hacer grupos reducidos, de 5 alumnos en los centros de mayor complejidad y de 10 en los de menor, en la ESO para la enseñanza de las matemáticas.

El Anuario 2024 señala nueve avances y nueve carencias en la educación en Cataluña. Entre los primeros, apunta que en los últimos dos años se ha frenado el descenso de los resultados educativos, pero constata que Cataluña ha retrocedido cerca de un curso académico en catalán y matemáticas en diez años. El informe señala que el declive de resultados se observa desde 2015, se acentúa durante la pandemia y toca fondo con los resultados de las pruebas PISA de 2022. La misma tendencia se observa en las últimas pruebas PIRLS (2021) y TIMSS (2023), que muestran el incremento del porcentaje de alumnado con nivel bajo -hasta un 30,4% en comprensión lectora y un 42% en matemáticas.

Precisamente en matemáticas, la Bofill propone agrupaciones reducidas en la ESO para personalizar los aprendizajes y recuperar los resultados educativos. Así, defiende que el 80% de las horas en la ESO deberían ser en grupos de trabajo de un máximo de 10 alumnos en los centros de menor complejidad y de cinco en los de mayor complejidad. 

La pobreza, detrás de buena parte de los problemas

En su informe, la fundación ha constatado que las dificultades socioeconómicas y la pobreza están detrás del empeoramiento de los indicadores. Así, por ejemplo, analiza que si se observan los resultados PISA se concluye que las diferencias de resultados entre el alumnado de estatus socioeconómico alto y bajo han aumentado significativamente en el período 2018-2022. El alumnado de estatus socioeconómico bajo ha tenido una evolución más negativa, con una reducción de 22,7 puntos en competencia matemática, 16,4 en competencia científica y 45,6 en comprensión lectora. Esto significa, según la Bofill, que actualmente el estatus socioeconómico del alumnado es más determinante a la hora de explicar los resultados que antes de la pandemia.

Por otro lado, el 20% de los jóvenes pobres abandonan los estudios, diez veces más que los ricos (2%). Además, los jóvenes de origen extranjero abandonan más del triple que los jóvenes de nacionalidad española (36,1% frente a 10,6%).
Al comparar los resultados de las pruebas de competencias básicas en catalán y matemáticas de 6º de primaria, el anuario observa cómo se están cronificando las diferencias entre centros de alta y baja complejidad, incluso con un ligero incremento global entre 2016 y 2024.

Ante esta realidad, la Bofill ha propuesto que se financien los centros en función de sus necesidades para garantizar un reparto “equitativo” de los recursos, con una implementación piloto en una zona educativa antes de expandirlo al conjunto del sistema. Y es que han afirmado que, por un lado, se mantiene un déficit estructural de financiación -a pesar del incremento del 37% en diez años- y que la financiación lineal al conjunto de los centros no funciona.


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