"Dentro de las casas tuvimos la oportunidad de vivir en primera persona la experiencia de entrar y presenciar las viviendas y sus habitantes. Personalmente es una experiencia inolvidable. Varias casas sin suelo, paredes de madera ennegrecida, cartón y plásticos negros en su mayoría. Conviviendo juntos padres, hijos y nietos, con gallinas, pollitos y perros campant a su aire. La misma habitación servía de dormitorio, y un estante se usaba de mesa para comer (...). Para imaginar algo pareciendo, me recordaba las barracas de Somorrostro o La Mina de los años 50, en plena dictadura franquista". Son unas pocas líneas extraídas del diario que Juan Antonio Cíller, ninguno de solidaridad del col•lectivo de teatro EPMA (http://col-lectiuteatreepma.blogspot.com), escribió en su estancia reciente a la barriada de Boris Vega de la ciudad nicaragüenca de Estelí.fue el pasado diciembre puesto que la entidad mataroninaimpulsó el 2007 el proyecto 'Salvando el Nido', que desde hace unos meses se ha reconvertido en 'Talleres de Boris'. "Fomentamos que se lleven a cabo talleres en el barrio, al local que se llama Ciutat de Mataró, e impulsamos que los jóvenes se autogestionen y que salgan adelante un centro juvenil", resume Cíller. El desplazamiento sirvió para hacer una serie de reuniones con todas las partes implicadas en el proyecto y "que todo el mundo aporte el que se había comprometido", dice el responsable de EPMA Solidaria. "En nuestro país hay una crisis, y esto allá se lo hemos dejado muy claro. Pero es que en barrios como este de Nicaragua no tienen nada de nada, el paro es del 70%, y es importante que la cooperación internacionalsiga llegando", opina.
"El Ayuntamiento tiene previsto destinar, este 2012, 401.000€ en cooperación y solidaridad, que es un 0,6% del presupuesto. La cifra de dinero es algo más elevada que el año anterior, si bien el porcentaje es algo más bajo. Ya hace tres años que el porcentaje desciende, pero la política de cooperación seguirá siendo la misma, puesto que es una cuestión en la que siempre ha habido un amplio consenso entre todos los grupos, y Mataró es una ciudad solidaria, pero sin olvidar la situación en la qué nos encontramos", expone Joaquim Fernàndez, regidor de Participación y Nueva Ciudadanía. Para el gobierno, explica el regidor, es importante que "los proyectos a los que apoyamos salgan de las entidades, y priorizar aquellos lugares de los que son originarios nuestros vecinos recién llegados". En unos momentos en qué todo aquello que se hace con el dinero público se mira con lupa, Fernàndez asegura que "hay todas las garantías que el dinero se invierten en aquello a que se destinan, sobre todo lo controla el Fondo Catalán de Cooperación, del quesomos socios".
Larga duración y dificultades añadidas
De proyectos, por parte de las entidades de Mataró, hay de todo tipo. Uno de los más ambiciosos y que se encuentra en marcha desde finales de los 90 es el que la Federación de Asociaciones Vecinales (FAVM) (www.favmata.org) tiene a la llanura de Izoughar, en el Marruecos, para convertir unas tierras baldías en cultivos de regadío. Las dificultades en estos años no han sido pocas, destacando el seísmo quehubo a la zona el febrero de 2004. Este diciembre, Juan Sánchez, presidente de la entidad, seha desplazado junto con un técnico puesto que el proyecto de nuevo se ha vuelto a encallar: "Se han producido unas disputas entre familias y hay una que no deja pasar por su terreno la canalización. Allí mantuvimos reuniones con todas las partes y en abril se acabará de decidir si se hace una modificación del proyecto", señala Sánchez. "A pesar de complicaciones que puedan salir, y que para una entidad como nuestra embrancar-se en trabajos así comporta mucho de esfuerzo, pensamos que se tiene que hacer, que hay que ser solidario, y que si bien aquí hay mucha gente que lo está pasando mal, hay muchos lugares del mundo que están mucho peor", dice, avanzando que la FAVM ya piensa en futuros proyectos de cooperación internacional cuando el de Izoughar – también conocido como proyecto Tamassint – esté terminado.
Con la mirada en el desierto
Un caso un poco diferente es el de la Asociación Escuela por la Paz con el Sáhara (http://escolaperlapau.blogspot.com), puesto que no es una ONG propiamente de la ciudad sino de todo Cataluña, pero que preside la mataronina Anna Gómez, que también este diciembre hizo las maletas y se desplazó a los campos de refugiados de Tinduf. La Asociacióndespliega el proyecto Madrasa, que trae a Cataluña niños procedentes de los campamentos para que puedan cursar la ESO a casa nuestra y con vocación de continuidad hacia estudios universitarios o módulos profesionales. "Nos preocupa relativamente que las administraciones cierren el grifo, puesto que recibimos pocas aportaciones por parte de las instituciones y la mayoría del programa está financiado por las familias acogedoras y del que sacamos en ferias", manifiesta Gómez. En los poco más de cuatro años que hace que funciona, el proyecto ha traído a Cataluña diez niños, que a los veranos vuelven con sus familias. "Es una condición indispensable, puesto que se quiere evitar el desarraigo", expone la presidenta de la entidad, que también explica que el último viaje a la zona sirvió para informar los padres del desarrollo del curso, reunirse con representantes del ministerio de Educación de la República Árabe Saharauí (RAÍDO), y hacer las pruebas de nivel a niños y niñas que quizás el próximo año estarán cursando la ESO en casa nuestra. "La valoración que hacemos de Madrasa es muy buena. Hay un chico que ya ha llegado a 1r de bachillerato, y noticias como esta recompensan todos los esfuerzos hechos", dice Anna Gómez.

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