Hoy en día prácticamente todo el mundo va de un lado a otro pendiente de la aplicación de turno y la navegación GPS. Los mapas oficiales a los que hacemos caso obstinadamente –andamos con la cabeza agachada más que disfrutando de las vistas– nos hacen demasiadas veces esclavos de lo que dice el nomenclátor oficial. Y, de hecho, por comodidad, es lógico que sea así. Pero del mismo modo que en el cómic más famoso hay una aldea de galos que planta cara al régimen dominante, paseando por Mataró todavía resisten diferentes ejemplos de lo que podríamos llamar la toponimia popular: nombres de lugares que se conocen como siempre se les ha llamado y no como un Ayuntamiento, una placa o una moda ha querido que se digan.
El mantenimiento de una toponimia alternativa a la oficial por parte de la ciudadanía en municipios como Mataró refleja un valor popular profundo y, en muchos casos, un patrimonio histórico vivo. Estos nombres —transmitidos oralmente de generación en generación— suelen conservar referencias a la actividad económica tradicional, a la geografía local o a acontecimientos destacados que han marcado la memoria colectiva del vecindario. Más allá de una simple cuestión lingüística o administrativa, esta toponimia popular es una forma de identidad compartida, de resistencia cultural y de arraigo al territorio. Que estos nombres persistan a pesar de los cambios oficiales demuestra hasta qué punto la cultura popular sigue teniendo un papel clave en la configuración del espacio y la vida cotidiana en los municipios.
De cómo se conoce a cómo se llama
Hay municipios que mantienen una interesante apuesta por la toponimia popular rotulando por partida doble algunos lugares donde existe el doble régimen de nomenclátor. De momento Mataró no lo ha hecho así pero, en cambio, sí ha acabado por oficializar algunos nombres populares cuando se ha revisado el nombre de una zona. Hay varios ejemplos. Por ejemplo, 'Can Maitanquis' da nombre a un aparcamiento de zona azul de forma oficial porque todo el mundo conocía de allí el hostal que se abría antes que ningún otro. O 'la playa de Pekín', que primero fue casi un mote por donde estaba ubicada –más allá de 'La Carga', otro topónimo popular– antes de que el Ayuntamiento se lo hiciera suyo. O 'Els Corrals', de donde era y se sentía Peret y que finalmente se instauró como denominación de la placita que queda en medio.
De sobrenombres populares también era habitual que las instituciones académicas o escuelas tuvieran. La gente mayor sigue conociendo la escuela Balmes como 'Cal Senyor Banet' o van a coger el autobús a 'Les Capes', donde ahora está la Escuela Pia en la plaza de las Teresas
De topónimos populares en Mataró hay muchísimos, algunos más conocidos y otros más de barrio. Algunos históricos y otros más recientes. Estos pueden ser 15 ejemplos de los muchos más que hay:
Carrer de les Rates
Jordi Joan fue un científico, marino y diplomático pero por más placa y calle propia que merezca –o no– en Mataró es probable que siga siendo bien desconocido. La razón, que la calle que va del Camí Ral hacia el mar justo al lado de Can Marfà siempre ha sido conocida como ‘la calle de las ratas’. El nombre viene del hecho que los roedores aparecían y circulaban espantados cuando se acercaba una buena bajada por la calle que, como en otras zonas bajas, era un episodio repetido que traía de cabeza a los vecinos que ya se preparaban por si el lavabo rebosaba y para poner la media puerta. [banner-AMP_5]
Can Tuñí
Oficialmente es el Parque de Cerdanyola y uno de los espacios de vida compartida más importantes de Mataró. Pero todo el mundo lo conoce como Can Tuñí porque así se llamaba la fábrica que había ocupado el espacio. Can Tuñí es, a la vez, una de las grandes batallas vecinales ganadas en Mataró ya que fue gracias a la oposición vecinal organizada que no se edificó allí –¿os imagináis ese trozo aún más denso?– y que ahora se pueda disfrutar de un parque que siempre llevará el nombre popular por encima del oficial.[banner-AMP_6]
Canaletes
Por la importancia que tiene la Plaza de Santa Anna y la Riera, a nivel de vida, es normal que el bar que se ubicaba justo en la esquina opuesta al Portal de Barcelona –o el de Can Sesenta y cinco, si hablamos de topónimos populares– acabara por dar nombre a este lugar aunque haga décadas que el Canaletes cerró. Fue un bar concurrido, un bullicio a todas horas y un gran recuerdo para muchas generaciones. En la misma plaza también puedes quedar en ‘Cal Rebregat’, que es como se llamaba la tienda de los Dormuà, en la esquina con Santa Teresa.[banner-AMP_7]
Els burots
Que en Mataró tengamos una ‘plaza de Granollers’ y que esta marque el inicio de la Vía Europa parece ensalzar a la capital vallesana del otro lado de Parpers en quién sabe qué. En todo caso tiene lógica cardinal por más que hoy en día muchos le digan ‘la plaza del tranvía’ por tenerlo allí como entronizado y, más históricamente y aún vigente, este punto sea ‘los burots’ o, para redondearlo, ‘la plaza de los burots’. Los burots eran funcionarios municipales que estaban allí, cuando allí ‘terminaba’ Mataró, para cobrar los impuestos y tasas. Tenían una especie de mirador propio.[banner-AMP_8]
El Xurrero
En la curva del medio de la Riera de Mataró, esquina con la calle de Argentona –que en toponimia popular podríamos llamar Argintona, por cierto– había el establecimiento más añorado de la capital del Maresme, la churrería de la familia Tur. Pere Tur fue ‘el Xurrero’ y entre su trabajo, siempre delicioso, y su bondad, ganó tanta popularidad que aún hoy a nadie se le ocurre llamar a esa esquina de otra manera. La churrería comenzó siendo ambulante y acabó instalada en los bajos del edificio. Pero siempre allí. En El Xurrero.[banner-AMP_9]
Can Morros
La plaza mataronina del Once de Septiembre, en el barrio de Cerdanyola, poca gente la conoce con ese nombre. Punto neurálgico de la parte sur del barrio, siempre se la ha conocido como Can Morros porque así se llamaba la finca anteriormente. Era una casa señorial icónica, como Can Boada, Can Bonminyó –otro topónimo popular– o Les Esmandies por poner ejemplos de la zona. Recientemente fue curioso cuando, con los incidentes en el barrio, se convocaron manifestaciones allí, y los convocantes siempre especificaban que empezaban en Can Morros. Así los asistentes sabían adónde ir. [banner-AMP_10]
Parque de los Gatos
En Molins mucha gente conoce así lo que según las placas es ‘La plaza de Molins’. Justo enfrente del Centro Cívico, siguiendo por debajo del Parque de Can Clavell. Por la concentración de gatos de la zona, se entiende, tuvo éxito esta definición que el grupo 304 Collective, que reivindicaba la zona antes de que Lamine Yamal se hiciera famoso con su celebración, instauró en una canción. Carlos Apolo escribe que “Tenemos Mataró pendientes del 04/ Desde la C-32 hasta el parque de los gatos / De lo alto la caribú hasta allí abajo en el barco” como delimitación.[banner-AMP_11]
Casas baratas
Nombre popular del ‘Grupo Goya’ de casas bajas, entre la Ronda Prim y la plaza de Occitania que precisamente ahora celebran su centenario. Su nombre en ningún caso es exclusivo de Mataró, de ‘Casas baratas’ encontramos en todas partes por las sucesivas ‘leyes de casas baratas’ que justo en aquella época se impulsaron a nivel estatal. El adjetivo es fundacional, se entiende. Porque hoy en día serán de todo menos baratas.[banner-AMP_12]
Poble Sec
Cerdanyola es el barrio popular más popular de Mataró y durante mucho tiempo ha tenido que hacerse un nombre intentando arrinconar un poco al histórico de Poble Sec que, seguramente a imitación de Barcelona, se instauró para nombrar el inicio del barrio en zona con poca agua y sobre todo en base a la llegada de inmigración. Se le ha considerado despectivo como topónimo aunque por otro lado también hay quien lo ha reivindicado como muestra de lucha orgullosa desde un barrio que no quiere ser subalterno ni lo es.[banner-AMP_13]
La montaña de la Cruz
No nos movemos de Cerdanyola, pero ahora vamos a su ‘cima’. Al Turó de Cerdanyola nadie le llama así. O casi nadie. La razón, que siempre se le ha llamado ‘la montaña de la Cruz’ o, en castellano oral, ‘la montaña de la crú’. No hace falta ser muy perspicaz para saber que la razón es la cruz que corona el turó y que, por cierto, también es un hito de término porque la mitad del monte ya es término municipal de Argentona, dentro del intercambio histórico del Rengle y el Camí del Mig por Traià.[banner-AMP_14]
Los Toreros
Uno de los mejores bares de Mataró, por ambiente y autenticidad, se llamaba Café popular pero aún ahora cuando se pasa por allí o se hace referencia no hay duda: todo el mundo lo llama ‘Los toreros’. La peña taurina local se había hecho fuerte allí y cuando en Mataró había corridas de toros -en la plaza de Can Bergada actual- los toreros se vestían dentro del bar. De ahí vendría el sobrenombre, se entiende. Ahora está cerrado, tristemente, en la esquina de Sant Joaquim con Altafulla.[banner-AMP_15]
El Barco
Curioso topónimo popular, este. Por un lado está la referencia a la discoteca - o lo que fuera - que en un barco fuera del agua y plantado al inicio del actual Polígono de Mata-Rocafonda estuvo varios años abierto y funcionando. Ya hace unos años que lo desmontaron pero todavía hoy, allí en la calle del Vapor Gordils, se le conoce como ‘el barco’ y mucha gente le llama así también a la gasolinera que hay justo allí. También se llamaba así, popularmente, una panadería que había en la actual Avenida de Puig i Cadafalch.[banner-AMP_16]
Plaza Xica
La plaza Xica no existe en Mataró aunque todo el mundo la conozca. Curioso, ¿verdad? El nombre, que es de uso mayoritario y bien bonito que es –por aquello de estar en el circuito de plazas del Casco Antiguo: Santa María, plaza Gran, plaza Xica, Pescadería– no tiene afectación postal ni presencia oficial, ya que cada una de las calles que la delimitan parece imponerse a la denominación conjunta. Por tanto, es sorprendente pero ninguna placa reconoce la plaza Xica como lo que es. Ni ahora que, algunas noches, es todo un bullicio.[banner-AMP_17]
El Payés
El nombre geométrico de ‘Triángulo de Molins’ define una de las zonas rotuladas de los barrios norte de la ciudad, ya que de hecho viene a casar tres aunque el nombre oficial recoge solo uno. Antiguamente, cuando no estaba tan delimitado y era un descampado yermo con uso popular y urbanización mínima, a la zona se la conocía como ‘el payés’, porque todavía se trabajaba y también porque junto a edificios y barrio se alzaba una zona aún medio rural. Antes se habían instalado circos, de vez en cuando. Uno tuvo éxito colgando carteles donde se inventó un nombre aún mejor, haciendo referencia al instituto de la zona. ‘Enfrente Tóxico Codina’, imprimieron y colgaron. ¡Pobre Terenci![banner-AMP_18]
El Hostal de l'Arengada
Ya está en Cabrera y camino de Vilassar, pero el nombre histórico del Hostal de l'Arengada (del Arenque) merece salir en la lista por dos motivos. Uno es por lo explícito del nombre que tenía, que por cierto era compartido con otros establecimientos de otras comarcas. El otro, porque cuando cerró y posteriormente abrió justo en este punto el prostíbulo más conocido del Maresme central, entre la tradición popular y lo bien que quedaba –con un punto de humor– seguir llamándole como se le había llamado tuvo éxito. Por el lugar y por el tema, se decía que se iba o se venía por el Hostal del Arenque.[banner-AMP_19]
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