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Cerdanyola como excusa

Nuria Padilla, Primera Secretaria del PSC de Mataró da la réplica al artículo de opinión 'Cerdanyola como síntoma' de Alfons Canela de Junts per Mataró

Cuando hay un problema en la ciudad, de entrada, hay dos maneras de afrontarlo: buscando qué soluciones puedo aportar o buscando qué rédito puedo sacar. El concejal Alfons Canela, jefe de Junts en el Ayuntamiento de Mataró, dependiendo de cómo se levante, escoge una u otra. Por desgracia, en el artículo en Capgròs que publicó el lunes de Pascua, el día de la mona, optaba por la segunda opción.

Efectivamente, la ciudad ha vivido hace pocos días en el barrio de Cerdanyola un problema de orden público, con una violencia e intimidación hacia la sociedad totalmente intolerables. Contenedores y vehículos quemados a raíz de una ocupación frustrada de una vivienda. La operación policial conjunta, muy acertada, de los Mossos d'Esquadra y la Policía Local (con la colaboración de los Bomberos y otros trabajadores públicos) se ha saldado con diez detenciones y, atención, sin la ocupación. Cuando el gobierno municipal dice que no le temblará la mano contra las ocupaciones ilegales, y menos aún si van acompañadas de violencia, quiere decir que cuando se producen hay que actuar, le guste o no al señor Canela. Y el Ayuntamiento ha actuado, sí señor, con el alcalde y su gobierno a pie de barrio. Barrio que conocen muy bien. Así como las entidades que se mueven en él, que han tenido un comportamiento ejemplar.

Ha habido quienes han pretendido apagar el fuego con gasolina, nunca mejor dicho. Y hay que decir claramente que la actitud del llamado “Sindicato de la Vivienda”, por un lado, y de los dirigentes locales de Vox, por el otro, han contribuido a alargar la tensión con el objetivo de hacer este problema invivible, insoportable e irresoluble. Cuanto peor, mejor, piensan. Mejor para ellos, claro.

La situación de seguridad pública hace días que está controlada, ciertamente. Y también es cierto que detrás de este episodio hay problemas que afectan a todos y que a nadie con dos dedos de frente se le ocurre resolverlos quemando contenedores. Como bien sabe el concejal Canela, se necesitan políticas de largo alcance de carácter social, de infraestructuras y equipamientos, es necesario que en nuestros barrios se comparta la prosperidad que vive el país en términos de paro o de PIB. Y se debe hacer desde la cooperación institucional del Ayuntamiento, el Estado y la Generalitat.

La Generalitat, sí, tantos años bajo mandato del partido del señor Canela. Lo primero que hizo Artur Mas al ser investido presidente fue derogar las ayudas previstas en la ley de barrios como las que beneficiaban al barrio de Cerdanyola. No emprendió ninguna política de reformas urbanas. Ni ninguna promoción de vivienda pública. Ahora hay que hacerlo todo.

Existe, en Cataluña, como en el conjunto de las sociedades occidentales, la presión de la extrema derecha sobre los electorados. Algunos partidos, atemorizados, creen que deben extremar su discurso, aunque sea a costa de la convivencia en barrios como el de Cerdanyola, por puro cálculo electoral. Barrios que me temo que el señor Canela desconoce bastante.

En fin, si en lugar del camino de los empeoradores, elige hacer una oposición constructiva, tiene la mano tendida del PSC. Porque hacen falta muchas manos. La ciudad de Mataró, además, se lo merece.

Núria Padilla

Primera Secretaria del PSC de Mataró.

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