Carles Estapé

Carles Estapé

Presidente de Òmnium Cultural Mataró-Maresme

Cultura contra la represión

El pasado sábado por la tarde, Òmnium Maresme proponía la participación en un espacio cordial, poético y combativo, disidente, civilmente desobediente, democráticamente revolucionario. Pero, por encima de todo, queríamos que este acto de poesía y glosa por la libertad fuera un espacio de encuentro amable donde expresar nuestra disidencia a través de la cultura, un altavoz de los que no nos quedaremos callados ante la represión.

Superar el frontisme sólo es posible con el ejercicio del diálogo abierto, sin condiciones y sin renuncias

Lo hemos dicho muchas veces: la sentencia que acabe dictando el Supremo no sólo afectará los acusados, sus familias, parejas, hijos y amigos; la sentencia afectará, directamente, todos los ciudadanos de Cataluña, del Estado Español y de Europa. Cualquier sentencia que no sea la absolución será una condena a la democracia y al ejercicio de los derechos civiles. Ningún ciudadano, piense el que piense, podrá nunca más reunirse, manifestarse, protestar y ejercer la disidencia política sin correr el riesgo de ser acusado de desobediencia, rebelión o sedición.

Es por este motivo que quiero hacer una apelación directa a todas las personas que cruzan en la democracia, en el progreso, en la justicia social, en la igualdad de oportunidades, en el derecho de los ciudadanos y los pueblos a decidir su futuro. A todos los que, quizás en silencio y sin atreverse a expresarlo, piensan que la respuesta del Estado Español al conflicto político que vive Cataluña es una respuesta autoritaria, desmesurada, fruto de la cobardía y del miedo. A todos ellos me gustaría apelarlos a afrontar con propuestas políticas los conflictos políticos. A todas estas personas, los ruego humildemente que se comprometan y se movilicen para provocar los cambios necesarios en nuestro entorno porque sea posible encontrar nuevos caminos de resolución pacifica, cívica y democrática de la situación en la que nos encontramos.

Yo también soy incapaz de odiar, soy incapaz de ver un enemigo en los ojos de alguien que piensa diferente.veo un adversario, en todo caso, con quién compartir dissensos y acuerdos, siempre posibles. No me siento cómodo en el frontisme, la sociedad catalana no es una sociedad dividida en dos frentes, los catalanes somos demasiado diversos, demasiado mestizos para poder soportar una supuesta fractura social y política que no existe.

Superar el frontisme sólo es posible con el ejercicio del diálogo abierto, sin condiciones y sin renuncias. No hablo sólo de diálogo entre gobernantes, estoy hablando de diálogo entre ciudadanos, entre mataronins y mataronines, también. Y estar en disposición de dialogar abiertamente implica ser valiente, tener el coraje de pensar un poco como piensa tu adversario y atreverse a pensar un poco diferente de los que piensan como tú.

Hace falta valentía y coraje. La situación en la que vivimos sólo podrá superarse con personas valientes, capaces de enfrentarse a las propias contradicciones, capacess de defender posicionamientos y propuestas con humildad y siempre con el reconocimiento de las propuestas y los posicionamientos de los que piensan diferente.

Estoy convencido, que una muy amplia mayoría de los ciudadanos de este país estamos de acuerdo en la defensa de consensos básicos a partir de los cuals podríamos construir un frente potente e imparable. El frente de los que queremos resolver el "conflicto catalán" con democracia y con el ejercicio activo de los derechos civiles y políticos. El frente de los que defendemos que la lengua catalana es la lengua propia de Cataluña y es lengua de cohesión y herramienta de promoción social. De los que defendemos la escuela catalana como herramienta básica para lograr la igualdad de derechos y oportunidades de los jóvenes catalanes. De los que rechazamos y denunciamos el uso de la represión y la judicialització de la política como respuesta al conflicto catalán. De los que exigimos la libertad inmediata de los presos políticos. De los que pensamos que en democracia no se puede criminalizar la disidencia política y la movilización pacífica. Y de los que creemos que es posible y es necesaria una solución política que siempre tiene que pasar porque los ciudadanos de Cataluña puedan decidir y ejercer democráticamente su futuro político.

Es por este motivo que desde Òmnium Cultural, hacemos un llamamiento a la movilización permanente cívica y pacífica: conquistaremos los derechos que el Sido Espanyol nos niega ejerciéndolos, estaremos comprometidos con los valores republicanos de libertad, igualdad, progreso y justicia social, solidaridad y un amor inmenso a la diversidad que nos fortalece.

Volveremos a expresar nuestra disidencia tantas veces como haga falta, volveremos a ejercer la desobediencia civil pacífica mientras no se pare la represión. Lo volveremos a hacer, y lo volveremos a hacer mejor porque nos habremos mirado a los ojos y nos habremos reconocido como ciudadanos comprometidos con este país que estimamos con pasión porque es el nuestro. Un NUESTRO con mayúsculas.

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