Capgròs
Hace diez años, un pequeño grupo de músicos se encontraba por primera vez bajo la batuta de una joven directora con una ilusión desbordante. Nadie imaginaba entonces que aquel proyecto nacido con humildad y sin expectativas acabaría consolidándose como uno de los referentes musicales de la ciudad. Hoy, la Orquesta de Mataró celebra su décimo aniversario con uno de los retos más ambiciosos de su trayectoria: dos funciones de Les Misérables durante Les Santes, con entradas agotadas en cuestión de minutos y una avalancha de demanda que ya hace buscar fórmulas para añadir más.
Clàudia Dubé, directora, presidenta y alma del proyecto, no oculta la emoción: “Es algo excepcional. Para nosotros y para la ciudad”. Y es que llevar Les Misérables al escenario del Monumental, con casi 200 personas implicadas –40 músicos, 120 cantantes y 18 solistas entre principales y secundarios–, es mucho más que un concierto: es una fiesta de la música, de la pasión y de la comunidad.
No es casual que se haya escogido este musical para una fecha tan especial. La orquesta debutó oficialmente el 26 de julio de 2015, durante el concierto inaugural de Les Santes, y una de las piezas interpretadas entonces, en colaboración con el Cor Madrigalista, fue un medley de Les Misérables. “Es como cerrar un círculo, volver a los orígenes pero a otro nivel”, dice Dubé. Tras el éxito de 2023 con West Side Story, el formato musical escénico quedó marcado como una apuesta segura. “Nos gusta. El público responde y musicalmente nos permite combinar calidad y espectáculo”, afirma. Con Les Misérables, sin embargo, se ha ido un paso más allá: la versión original de Broadway, íntegramente en inglés, dos horas de música sin interrupciones, y una puesta en escena que transformará el teatro en un París de 1850, con vestuario y ambientación originales.
Una orquesta que ha crecido, pero mantiene el alma
“La esencia es la misma: las ganas, la ilusión por encontrarnos cada semana y afrontar retos”. Así resume Dubé la evolución de la orquesta desde 2015 hasta hoy. De aquel primer grupo, solo quedan dos o tres músicos, pero la llama sigue viva. En estos diez años, han pasado por todo tipo de momentos: vientos a favor, temporadas difíciles, la pandemia, cambios de músicos… pero siempre con la misma convicción: que Mataró merece tener una orquesta.
Y no cualquier orquesta. “Somos un caso muy particular. Una orquesta semiprofesional, donde nadie paga cuota, que no depende de ninguna institución. No somos ni amateurs ni profesionales. Somos un hongo que ha crecido por el convencimiento, el trabajo y las ganas de hacerlo bien.”
El secreto del proyecto
Cuando se le pregunta cuál es el secreto, Dubé no duda: el equilibrio. “En la música sinfónica no hay mucho repertorio fácil. Si quieres tocar Beethoven o Chaikovski, tienes que exigirte. Pero también buscamos repertorio que motive, y muy especialmente, el aspecto social.” La Orquesta de Mataró es mucho más que un conjunto de músicos. Es un grupo humano cohesionado, donde el buen ambiente y la confianza son fundamentales. “No queremos toxicidades. Queremos música, amistad, complicidad. Eso es lo que atrae a la gente.” Y eso explica por qué, a pesar de tener la sede en Mataró, la mayoría de músicos vienen de fuera: Vallès, Castelldefels, Barcelona... “La gente viene por el boca a boca. Porque aquí se hacen cosas con exigencia pero también con corazón.”
Ensayan cada viernes en la Escola Pia Santa Anna, y regularmente hacen pruebas de acceso para incorporar nuevos músicos. “Tenemos perfiles muy variados. Algunos tienen estudios profesionales, otros trabajan en otra cosa pero no quieren perder el instrumento. Es bonito ver cómo se ayudan y aprenden entre ellos.” Cada año hacen un fin de semana de stage intensivo para trabajar repertorio y consolidar el grupo. “Además de hacer música, hacemos equipo. Y eso se nota mucho.”
El reto de Los Miserables
Montar Les Misérables ha sido una tarea titánica. “Hay 29 números musicales. Es muy denso, muy bonito y muy exigente. Hemos trabajado con mucha antelación, por separado: orquesta, coro, solistas... Ahora estamos en la recta final.”
Las funciones serán mucho más que un concierto. “Será un espectáculo en mayúsculas. La orquesta, de gala, será el corazón del París de Víctor Hugo. El público no solo escuchará, vivirá la experiencia.” Habrá programa de mano, contextualización, y una dirección escénica cuidada hasta el detalle. Ya esperaban una respuesta del público con entusiasmo pero aun así que el mismo día que salieron a la venta se agotaran las dos sesiones no dejó de sorprender a la Orquesta. Clàudia Dubé anticipa que buscarán la manera de ofrecer más funciones y de intentar llevar, aunque sea adaptado, el espectáculo a más lugares.
Una mirada al futuro
Después de este gran esfuerzo, la orquesta se tomará una pausa relativa. “Después de un musical tan grande, necesitamos un poco de tranquilidad pero la mirada es siempre hacia adelante. “Hay mucho trabajo por hacer. Nos gustaría colaborar con más corales, llegar a más público, salir más... Pero también consolidar lo que ya tenemos.” Clàudia lo tiene claro: “Mataró debe tener orquesta. Y mientras haya esta pasión, la tendrá.”
Con Les Misérables, la Orquesta de Mataró no solo celebra diez años: demuestra que la música, cuando se hace con amor y esfuerzo, puede convertirse en una verdadera fiesta colectiva. Y que, como dice una de las canciones del musical, “even the darkest night will end and the sun will rise”.
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