El Ateneo Centro Cultural de la Fundación Iluro se quedó pequeño durante el acto de reconocimiento a Parés de Mataró del pasado jueves 19. Los aplausos llegaron pronto, cuando Joan Baptista Parés –para sorpresa de muchos– entró en la sala y se dirigió a la primera fila. Iba acompañado de su hijo y de Leonor Monserrat, amiga y enfermera de la familia, una de las impulsoras del acto. La ovación dio el pistoletazo de salida a una hora repleta de recuerdos, música en directo y una breve pero intensa revisión de la trayectoria vital y artística del mataronense. Un artista singular que tuvo una gran musa: Mataró, su ciudad.
Son muchos los mataronenses que aún lo recuerdan con el caballete en la plaza Gran o en la plaza de Santa María. Esta fue, de hecho, la primera imagen que tuvo de él Mariano Cabellos, el otro impulsor de este homenaje. Aterrizó desde Atienza cuando tenía diez años y quedó embelesado “por el pintor de la plaza Gran”. Tanto, que pedía a su madre pasar a verlo siempre que iban a comprar. Fue una de las anécdotas que compartió el también artista y profesor de arte, quien a lo largo de los años fue coincidiendo y tejiendo complicidades con Parés de Mataró. Mucho antes lo había hecho Francesc Masriera, amigo de juventud que coincidió con él en el estudio de Jordi Arenas. Formaron parte del mismo grupo durante muchos años, de los cuales rescató recuerdos de Cadaqués, Empúries o la Capilla del Sacramento de Santa Anna. Inmerso en este viaje al pasado, Parés de Mataró fue aportando detalles a las anécdotas.

La tercera intervención fue la del crítico de arte Pere Pascual, que repasó las diferentes etapas artísticas del protagonista, poniendo en valor las singularidades de su obra, la habilidad para los retratos o el cartel de Les Santes de 1993, todo un icono que marcó un antes y un después. También se encargó de poner voz al vídeo recopilatorio que redondeó un evento que los Capgrossos de Mataró tampoco quisieron perderse. La colla levantó un pilar de 4 en honor a Parés de Mataró. Todo ello, acompañado de un hilo musical conscientemente seleccionado que interpretó el pianista Carles Lozano. Una muestra de la relevancia que tuvo la música en la vida del artista, con fragmentos del ‘Claro de luna’ de Beethoven, ‘Memory’, del musical Cats o la ‘Canción del gondolero’ de Mendelssohn.
La guinda del pastel la puso el propio Parés de Mataró. “¡Amad!”, pidió a los asistentes después de alabar la ciudad y mostrarse agradecido por el reconocimiento, que surgió del Grupo de Amigos de Joan Baptista Parés y contó con la colaboración de los Amigos de la Ciudad de Mataró.

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