Este verano las cifras de ahogamientos en las playas catalanas han encendido todas las alarmas. Hasta el 31 de julio, 55 personas han perdido la vida en el mar, 12 más que en el mismo período del año pasado, según datos de la Federación de Salvamento y Socorrismo. La mayoría de víctimas son hombres mayores de 65 años, que a menudo se bañan solos y padecen alguna patología previa. El Maresme no ha sido ajeno: el pasado 20 de julio, un hombre de 72 años murió en la playa de Malgrat de Mar. Las autoridades también alertan que el número de rescates ha aumentado respecto al verano pasado.
Ante esta situación, Protección Civil de la Generalitat recuerda que disfrutar del mar con seguridad pasa por seguir unas pautas básicas pero a menudo olvidadas. La primera es estar atento a las indicaciones de los socorristas y la señalización de la playa. El color de la bandera es un indicador clave: verde, baño permitido; amarilla, precaución; roja, prohibido.
También es esencial no sobrevalorar las propias capacidades para nadar. Si no te encuentras bien, estás cansado o no has terminado la digestión, es mejor esperar. La entrada en el agua debe ser gradual, especialmente después de haber estado expuesto al sol o de haber hecho un esfuerzo físico intenso, para evitar cortes de digestión o golpes de calor.

Bandera verde en la playa
Los cuatro consejos clave
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Sigue siempre banderas e indicaciones de los socorristas.
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No sobrevalores tu capacidad para nadar y entra en el agua de manera gradual.
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Vigila corrientes y objetos flotantes; si te arrastran, nada en diagonal.
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Controla constantemente a los niños y respeta normas y zonas de baño.
Las corrientes marinas son otro de los grandes peligros. En días de viento, los colchones inflables o flotadores pueden convertirse en trampas si la corriente se los lleva mar adentro. Y si sientes que la corriente te arrastra, hay que nadar en diagonal hasta salir de la zona de fuerza, nunca en línea recta contra las olas.
Los niños requieren una vigilancia constante. No basta con tenerlos a la vista: es imprescindible que una persona adulta responsable esté pendiente de ellos en todo momento, y que utilicen dispositivos de flotación adaptados a su edad si no saben nadar.
El respeto por las zonas de práctica de deportes náuticos, el uso de calzado adecuado en rocas y superficies resbaladizas, y la precaución ante fauna marina como medusas o erizos también son claves para evitar accidentes. Finalmente, si se detecta a alguien con dificultades dentro del agua, hay que avisar de inmediato al socorrista o llamar al 112. Intentar un rescate sin formación específica puede poner en riesgo dos vidas en lugar de una.
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