Otra vez con tambores y silbatos, otra vez con contundencia, otra vez con pancartas, carteles y banderolas, y esta vez viniendo de más escuelas que en ocasiones anteriores. El movimiento en defensa de la escuela pública de Mataró vio cómo su protesta contra los cierres de líneas en la ciudad escalaba hacia algo más grande: ahora son las AFA públicas, con el apoyo también de Asociaciones de Vecinos, entidades y diversos sindicatos, quienes salen a la calle. Ayer jueves eran centenares los manifestantes que no están dispuestos a poner la otra mejilla. Tres columnas avanzaron hacia el Ayuntamiento y entre el griterío surgía un clamor. Un clamor contra lo que el manifiesto calificaba de “campaña de acoso contra la escuela pública” por parte de las administraciones. De ambas, de Generalitat y Ayuntamiento.
La manifestación en defensa de la escuela pública sumó representantes de más escuelas porque se enmarcaba en un contexto global de ciudad y también por aquello del dicho de poner las barbas del vecino a remojar. Son cinco las escuelas públicas que el Departamento ha ‘tocado’ en los últimos cursos, entre anuncios de cierre y tijeretazos consumados de grupos, y 14 las líneas suprimidas en escuelas públicas en poco más de una década. La concertada las ha mantenido todas. Como es lógico, las comunidades educativas más afectadas -Rocafonda y el Antonio Machado- llevaban la voz cantante. También hablaron en la Audiencia Pública previa al Pleno Municipal. Detrás de ellas había una treintena de entidades adheridas.
Exigen ‘valentía’ y el fin de la opacidad
La escuela pública de Mataró exige una respuesta clara y decidida de las instituciones ante la crisis educativa que vive la ciudad. El manifiesto denunciaba la paradoja de mantener conciertos con escuelas privadas con aulas vacías mientras se recortan líneas en escuelas públicas como Rocafonda o Antonio Machado. “Ni privadas con aulas vacías ni polos de poder con 4 líneas. ¡El dinero público, a la pública!”, reclaman las familias y la comunidad educativa, evidenciando una política de recursos que consideran injusta y segregadora.
El movimiento denuncia también la falta de transparencia y diálogo por parte del Departamento de Educación, especialmente en el proceso de preinscripción escolar. “Denunciamos la opacidad y la mala fe” en la gestión de la oferta educativa, y reclaman que las dos escuelas afectadas puedan ser reclamadas dentro de la ampliación del proceso. Esta situación ha provocado un malestar creciente, y desde el manifiesto se exige “valentía política” tanto al Ayuntamiento como a la Generalitat, que gobiernan bajo el mismo partido. Se les interpela directamente como responsables si no desbloquean una situación que pone en riesgo la continuidad de la escuela pública.
Las reivindicaciones van más allá del momento actual y proponen acciones concretas a medio y largo plazo. Entre las demandas están revertir el cierre de líneas, reducir las ratios para redistribuir mejor al alumnado y garantizar una planificación educativa que priorice la pública para los próximos años. También se pide revisar los conciertos educativos y establecer ratios iguales para todos los centros. “¡Esta campaña de acoso contra la escuela pública debe terminar!”, concluye el manifiesto, que advierte que ningún centro está exento de futuros recortes. La respuesta, sin embargo, será colectiva: “Juntas, defenderemos la escuela pública de la ciudad.”[banner-AMP_5]
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