Cualquier persona quetrate de seguir la actualidad a través de medios y del debate público a través de las redes puede concordar con la sensación que el nivel de crispación y crítica que impera es elevado. Por el tono, por la intensidad, por el contenido. Estamos hablando de comentarios en portales cómo por ejemplo Capgros.com pero también de interacciones y respuestas directas a los perfiles públicos de políticos o partidos. ¿Es una tónica general? Probablemente. Pero obviamente a nivel local, con la caja de resonancia más cerca, todo ello parece que haga más ruido. ¿Es real esta crispación o es una distorsión de la red?
Esta semana el PSC de Mataró levantaba la mano y denunciaba públicamente que hay bots que atacan sistemáticamente el alcalde David Bote y la ciudad, aportando como datos las procedencias exóticas y remotas de comentarios y publicaciones. Y apuntaban directamente a "la ultraderecha" que es la manera genérica de referirse a Vox. El resto de oposición ha relativzado la queja. La queja socialista llega (el contexto siempre es importante) a medio año de unas elecciones municipales que, por la sobreexposición mediática y social de la figura del alcalde después de dos mandatos, pueden tener tintes plebiscitarios sobre él y su proyecto.
El mataroní Toni Rodon, politólogo, profesor de la UPF e investigador es una voz de referencia para analizar si realmente la crispación es la cuestión esencial del momento político. Explica que "actualmente ni en Cataluña ni en España no hay una alta crispación, no hay una gran polarización, los estudios lo demuestran". Entonces ¿de donde viene este agror? "Mucha de esta crispación es virtual y no real. Nos decimos de todo en las redes y en cambio en el día a día interactuamos sin problemas. No es un comportamiento social o político, esta crispación, es una actitud, un postureo que se dice ahora".
La ultraderecha y el PSC
Rodon alerta que "es cierto que la ultraderecha tradicionalmente moviliza votantes con la crispación y por lo tanto la fomenta pero los estudios demuestran que el trasvase de votos de la socialdemocràcia a la ultraderecha es muy poco". En este sentido contextualiza la denuncia del PSC mataroní en "una percepción común de todo el PSC que se queja ahora una retòria agresiva de la ultraderecha cuando esta ya está de hace tiempo. Pero es ahora que los interesa denunciarlo más. Interpretan que haciéndolo harán dos cosas: algunos votantes que podrían marchar a Vox los frenan y sobre todo movilizan votantes que se querrían abstener".
Rodon enmarca en esta lógica la acción y las quejas del PSC y explica que "a las elecciones hoy en día no se va a convencer a los otros sino a movilizar tus votantes. Los socialistas sufren por una serie de votos de los barrios mal denominados periféricos y hace para retenerlos".
Un problema más de red que de redes
El politólogo mataroní explica que "por el contrario de lo que suele decirse que en Twitter tenemos una burbuja, esto no es cierto. Está estudiado que en Twitter tenemos más interacciones con gente que piensa diferente que no a la vida real, porque en el día a día se habla poco de política. En Twitter, vemos comparticiones y retuits de otra gente". Donde hay realmente estas discusiones políticas de burbuja no es en las redes sociales, alerta, sino en la red. "En el Whatsapp, en los grupos de Facebook que tienen patrones que se reproducen en muchas ciudades, es allá donde circula esta cantidad de burradas que efectivamente puede desencadenar crispación", remacha.
El ecosistema de grupos  de Facebook propios de la ciudad de Mataró es conocido, se conoce la tendencia e iría en esta línea claramente.
 
    

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