Àlex Casademunt en una actuación.
Àlex Casademunt en una actuación.

El 'triunfito' que siempre quería volver a casa

De Àlex Casademunt te dicen el mismo sus amigos de toda la vida que David Bisbal. Alegre, siempre de la broma y tal como mana

Era pasado el verano, en 2001. Por las tardes ya se hacía oscuro pronto. En una de estas, Àlex Casademunt estaba por la Plaza Santa Anna, donde hay una piedra que nunca nadie ha sabido exactamente qué hace allá, y explicaba a los que estaban allá (estábamos) que participaría en un nuevo reality. En aquel momento, reality era sinónimo de Grande Hermano, estrenado en 2000. Y no se entendía mucho el que iba a hacer a TVE, donde había sido preseleccionado de entre más de 3.600 personas. Cantaría en directo y estaría en una academia aprendiendo. Semanas después, Operación Triunfo se convertía en uno de los fenómenos televisivos más bestias de la historia de la televisión en España y él dejaría de transportar neveras en un trabajo que tampoco lo apasionaba mucho.

Casademunt no era de los mejores en un programa donde había Rosa López, David Bisbal, Chenoa o David Bustamante, pero sí de los más carismáticos. Espontáneo, divertido y con un punto xul·lesc. Así estaba en el programa y así era a la vida real. Cuando salió de la academia, con el programa en pleno auge, un día hizo una cosa que era habitual: ir a Jaume Recoder, donde todavía había las Escuelas Pías Santas Anna (bachillerato, ciclos formativos, grados de formación) para ver los amigos de siempre. En aquella época la hora del patio se hacía a la misma calle. El que no se esperaba Casademunt es que habría un alud de estudiantes corrientes para verlo. Todo había cambiado. O no.

Aquel debía de ser uno de los primeros días donde el cantante se daba cuenta del 'boom' en el que se encontraba inmerso. Porque allá, a Jaume Recoder, había ido siempre. Cómo también había sido siempre en Plaza Santa Anna haciendo guardia al "Sebas" con sus amigos y con su Yamaha Jog, al 'callo', que había a la Bajada de Santa Anna. El carisma innato de Casademunt, del que compañeros de escuela recuerdan como cantaba en medio de las clases o hacía todo tipo de tonterías (todo el mundo lo conocía y se hacía ver), le sirvió para ser el rescatado por la audiencia y volver al programa, como no podía ser de otro modo. No haría carrera como algunos de los cantantes mencionados anteriormente, pero sí hizo camino.

Primero, como parte de Fórmula Abierta, un grupo con otros miembros de la primera edición de Operación Triunfo. Todo el mundo conoce el "Té quiero más" que sonó durante el verano de 2002. Aquel año se produjo 'Dos Hombres y uno destino' con David Bustamante, el tema más célebre que se le recuerda al mataroní. Sacó un disco llamado Inquietudes al 2003, y el título del mismo definía muy bien como era él. Inquieto por naturaleza, hizo carrera a la televisión en programas como Los Lunnis, estuvo presente en algún musical como Peter Pan y fue colaborador de lugares como Crónicas Marcianas y Mira Quién Baila. Entretanto, también grabó algunas canciones con su hermano Joan.

Durante este periplo por varios formatos y cadenas de televisión, había dos cosas inamovibles. Una, que era tal como manaba delante y detrás de las cámaras. Y dos, que siempre volvía a casa. Podía estar en Madrid, en Málaga, donde fuera. Pero siempre que volvía a Mataró lo hacía para estar con sus amigos y su familia. Al local de siempre, en Casa Paco o tomando una birra en Las Vegas. Quién lo consideraba un xul·lo, ahora lo pensaba todavía más. Pero en el fondo, él seguía siendo cómo siempre, con la diferencia que ahora tenía muchos más foco sobre sede.

Àlex estuvo como colaborador en el Programa de Ana Rosa, en la serie Arrayán de Canal Sur, a Hora Punta con Javier Cárdenas y a muchos lugares más. En los últimos años se encontraba ya instalado en el Maresme, donde tuvo su única hija (2018) y recientemente había iniciado una firma de calcetines con su actual pareja.

Unos años más tranquilos y cerca de los suyos

Unos años más tranquilos, donde él seguía siendo cómo siempre y se lo veía por Mataró. Con su familia, recogiendo a las sobrinas a Santa Anna o quedando con sus amigos. Si te encontraba por la calle no era de los que hacía ver que no te veía o te saludaba por compromiso. Seguramente tenía un momento para levantarse de la mesa y preguntarte como te iba todo y que hacía tu pareja o tu madre. Un chico normal, siempre divertido, por algunos un poco capullo, pero un adjetivo que rápidamente quién lo conocía de verdad lo acompañaba de uno "pero con un gran corazón".

El mejor ejemplo de cómo era en Casademunt es que las mismas palabras que dijo en David Bisbal el día después de su muerte te las dicen los amigos que ha tenido de toda la vida. "un tio espectacular, de los que nunca pierden el humor, siempre con una sonrisa". Un chico que era el mismo ante las cámaras, a Operación Triunfo o tomando birres con los colegas de la escuela. Dicen que minutos antes del accicdent, Àlex estaba cantante y tocando la guitarra. La música le cambió la vida y lo acompañó hasta el último momento. Pero él siempre fue el mismo.

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