El proyecto de ampliación de Mataró Parco será probablemente el gran tema de este 2017 en Mataró. Si bien la sentencia del Tribunal Supremo que lo avala no es ninguna luz verde inmediata, los gestores del centro comercial lo emplearán sin dudarlo para presionar a las administraciones para hacerlo posible. Se trata de un proyecto de enormes repercusiones para la ciudad en cuanto a su economía, al mercado de trabajo, al modelo de comercio y a la capacidad de atracción de visitantes. Ante esto, el gobierno municipal necesita hacer algo que todavía tiene pendiente: posicionarse.está a favor o en contra? De momento no lo sabemos.
El gobierno municipalestá a favor o en contra? De momento no lo sabemos.
"Si es una buena oportunidad lo aprovecharemos", se limitó a decir el pasado martes el alcalde, David Boto. No quiso ir más allá porque, según afirmó, desconocen los detalles del proyecto. La regidora de Urbanismo, Núria Calpe, apuntó el Pleno de enero celebrado jueves que no aceptarían ninguna ampliación que fuera "en contra del comercio local". Pero no se pronunció sobre el proyecto de Mataró Parco porque, siguiendo el argumento del alcalde, los faltan "concreciones". Aun así, si bien es cierto que Mataró Parco no las ha presentado oficialmente, el gobierno municipal conoce como mínimo desde 2011 qué son sus intenciones: 30.000m2 nueces para acoger grandes tiendas de moda y superficies medianas de ámbitos como el hogar o la jardinería. Hacía cinco años que el proyecto estaba empantanegat a los juzgados, y la sentencia del Supremo, destapada el fin de semana pasado, se remonta en junio de 2016. El gobierno, por lo tanto, sabe el que hay.
Trabas urbanísticas y beligerancia "convergente"
Previamente a su intervencio al Pleno, la regidora de Urbanismo, del grupo de CiU, va aigualir las perspectivas de una ampliación a corto plazo detallando todas las trabas urbanísticas que el proyecto se puede encontrar: desde el hecho que pasa por requalificar unos terrenos municipales que son zona verde hasta que Mataró Parco ha agotado la edificabilidad en su actual solar, pasando por la redefinición de la trama urbana consolidada que tendrá que llevar a cabo la Generalitat. Es importante recalcar que Calpe es de CiU porque su partido en Mataró, hoy conocido como PDeCAT, socio de gobierno del PSC, se ha opuesto de manera frontal al proyecto de Mataró Parco, en una reacción contraria tan rápida como sorprendentemente beligerante.
Más allá del posicionamiento de los partidos que forman el gobierno, y también el que pueda decir la oposición, tenemos un alcalde que se escuda en que no tiene los detalles del que quiere hacer Mataró Parco y una regidora de Urbanismo que se guarece bajo el seguido de condicionantes urbanísticos existentes que pueden dificultar el proyecto. Pero por muchas trabas que existan, no hay nada sobre la mesa que lo haga imposible. Y Mataró Parco batallará hasta la extenuación para salirlo adelante. Simplemente porque lo necesita: el centro comercial ha quedado pequeño, hoy no tiene espacio para acoger un tipo de superficies comerciales clave para su desarrollo, y esto puede hacer que pierdan clientela en detrimento otros centros del Barcelonès y el Vallès. La cuestión es: el Ayuntamiento cree que la ciudad también lo necesita, o no? Y por lo tanto, en aquello que esté en sus manos, optará para facilitarle las cosas en Mataró Parco? O bien se las dificultará? En otras palabras: desea la ampliación, o luchará para frenarla? Ya hace tiempo que tendría que tener definida una respuesta a estas preguntas cruciales.
Para el Ayuntamiento, posicionarse a favor o en contra es una oportunidad de pasar a la acción después de años de letargo
Cómo dice el exregidor de Urbanismo, Ramon Bassas, en un artículo publicado a Capgros.com, por primera vez en muchos años el Ayuntamiento de Mataró "tiene que tomar una decisión estratégica". Es cierto. Mataró tiene la oportunidad de salir del cierto letargo en la que la crisis económica y la deuda municipal contraída lo ha sumido en los últimos años. Una oportunidad de pasar a la acción, tanto si seposiciona a favor como si lo hace en contra. En el primer caso, para ayudar a hacer realidad y beneficiarse de todo aquello positivo que puede comportar la ampliación del centro comercial: la creación de nuevos puestos de trabajo en la ciudad de más de 50.000 habitantes con más paro de Cataluña; ampliar notablemente la oferta comercial del municipio; multiplicar su capacidad de atracción (hoy sólo el 25% de los cerca de 16 millones de personas que visitan Mataró Parco cada año son de la capital del Maresme) y hacer crecer su estatus de capital de todo un territorio que abraza el Maresme y el Vallès Oriental.
Si, en cambio, seposiciona en contra, y trabaja para frenar la ampliación, lo tendrá que hacer presentando un modelo alternativo de promoción del comercio local y que a la vez combata el paro rampante que sufre la ciudad. Si el gobierno municipal considera que la perspectiva de los 3.000 nuevos puestos de trabajo que promete Mataró Parco con la ampliación es demasiado hinchada o directamente falsa, o bien no le convence la calidad de la ocupación que generaría, tendrá que decir de qué otra manera pretende generarlos. Si prefiere adoptar la postura ya expresada por uno de los dos socios, el PDeCAT, de rechazo al modelo grandes superficies comerciales en favor del comercio de proximidad, tendrá que explicar con qué medidas pretende potenciar un comercio urbano mataroní que atraviesa serias dificultades y que ha perdido algunos de sus principales estandartes. Y esto quiere decir con medidas reales, ambiciosas y efectivas, no sólo señalizar mejor los aparcamientos para los conductores foranis o hacer más eficiente la recogida de la basura comercial, que es el que ha salido hasta ahora del Pacto por el Comercio.
El proyecto de ampliación también repercute sobre cuestiones como la llegada del Corte Inglés o el desarrollo del sector del Sorrall
La presa de posición del gobierno en la ampliación del Mataró Parco también lo tiene que obligar a mover ficha en dos ámbitos más. El primero, el Corte Inglés, la llegada del cual parece una posibilidad cada vez más lejana (durante el 2016 no ha habido ningún adelanto significativo). Si Mataró Parco crece, quizás es la hora de replantear la apuesta por el Corte Inglés como "locomotora comercial" y optar por otra estrategia. El segundo ámbito es lo del desarrollo urbanístico de los entornos del Sorrall, un proyecto diseñado para acoger en este sector la misma tipología de comercios, las llamadas "superficies medianas", a quién Mataró Parco abriría sus puertas si puede crear las nuevas instalaciones que desea. Uno, simplemente, anula el otro. Qué hagamos con el se había previsto al Sorrall si el centro comercial sesale con la suya?
Una cuestión de voluntad política
Los condicionantes urbanísticos son sin duda importantes, hasta el punto que seguramente imposibilitan la ampliación del Mataró Parco exactamente tal y como sus promotores la tienen en mente. Es evidente, pero, que se puede encontrar el camino porque buena parte del proyecto sí que se pueda hacer realidad. Estamos hablando de una ciudad que ya consiguió que la Generalitat modificara el trazado de la trama urbana consolidada porque se pudiera urbanizar La Ringlera y hacer el TecnoCampus; y sin ir más lejos, que ha sido capaz de desmontar y trasladar una fábrica catalogada para hacer lugar al Corte Inglés. Es, por lo tanto, una cuestión de voluntad política. Depende, al final, del que el gobierno municipal quiera por Mataró. Por lo tanto, le ha llegado la hora de mojarse.
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