Los municipios situados en el entorno de Barcelona , como por ejemplo Mataró, se benefician de la proximidad a una de las grandes ciudades de Europa, pero también sufren consecuencias bastantes negativas. La vivienda cada día es más caro, acceder en la capital en transporte público o en vehículo privado es un dolor de cabeza constante, y los niveles de contaminación no paran de subir. Y cada municipio se encuentra solo y sin suficientes recursos para combatir estos problemas. Por eso las ciudades del arco metropolitano, Mataró incluida, se han unido de cara a intentar hacer frente a los dramas compartidos.
La Nau Gaudí de Mataró ha acogido este jueves, día 7, la asamblea constituyente de la Asociación de Municipios del Arco Metropolitano, integrada por la capital del Maresme y ocho ciudades más: Granollers, Martorell, Mataró, Mollet del Vallès, Rubí, Sabadell, Terrassa, Vilafranca del Penedès y Vilanova i la Geltrú. El acto ha contado con la presencia del alcalde de todos estos municipios, entre ellos la alcalde de Sabadell, Marta Farrés, nombrada presidenta de la entidad.
"Queremos tener voz propia y que se nos escuche", afirman los alcaldes
Estos nuevo municipios forman parte del que se había denominado "segunda corona metropolitana", aquellas ciudades y pueblos que orbiten en el entorno de Barcelona pero que no forman parte estrictamente del área metropolitana, los 36 municipios de la cual ya cuentan con su propia institución (AMB. La realidad de Mataró, Granollers y compañía es diferente a la de Santa Coloma de Gramenet o l'Hospitalet de Llobregat, pero "el efecto Barcelona" ciudad que chupa y a la vez expulsa, cada día es más grande sobre ellos.
"Queremos tener voz propia y que se nos escuche, para ocupar el lugar que nos merecemos", ha explicado la alcaldesa de Sabadell en su discurso inaugural como presidenta de la asociación. Farrés, del PSC cómo buena parte de los ediles de los 9 municipios, ha recalcado que las infraestructuras de transporte, el acceso a la vivienda y las cuestiones ambientales son los tres principales ámbitos de preocupación de las ciudades implicadas.

Acto inaugural de la Asociación de Municipios del Arco Metropolitano. Foto: Ayuntamiento de Mataró
"No podemos decir a la gente que no coja el coche para ir a Barcelona y que después se encuentren con tantos problemas con el transporte", ha afirmado Farrés, en plena huelga de maquinistas de Renfe que ha acentuado los problemas que los vecinos de ciudades como Mataró sufren al desplazarse a diario para estudiar o trabajar en la capital, tanto por el precio cómo por la fiabilidad del servicio.
Las viviendas se encarecen porque los barceloneses venden a vivir
En cuanto a la vivienda, la principal preocupación de los municipios del arco metropolitano es el encarecimiento de los precios de los pisos que están viviendo en los últimos años, a raíz de la mudanza de muchos barceloneses a municipios del entorno, expulsados por el carísimo mercado inmobiliario de su ciudad. Para compensarlo, los ayuntamientos piden que la Generalitat y otras administraciones impulsen más promociones públicas de pisos, hasta ahora muy escasas (en Mataró no ha habido ninguno en los últimos 10 años).

Los problemas del transporte público son compartidos entre los 9 municipios
En la apertura del acto y como anfitrión del mismo, el alcalde de Mataró, David Boto, ha afirmado que la asociación tiene que permitir "trabajar conjuntamente en los temas que nos afectan a a pesar de" hacer presión porque "la región se teja de manera equilibrada, redistribuyendo los esfuerzos que tenemos que hacer todos pero también los recursos disponibles". Detrás de esta frase hay la clave de vuelta de todo: los municipios del entorno metropolitano necesitan más inversión y una mejor financiación para compensar que Barcelona atraiga todos los flashos y gran parte de la actividad económica y convierta en su "patio trasero" a las ciudades del entorno.
Cituats cada vez más empobrecidas
En este sentido, un estudio reciente encargado por el Ayuntamiento de Mataró mostraba que la capital del Maresme y la mayoría de ciudades de las regiones metropolitanas se habían empobrecido notablemente en los últimos años por el hecho de recibir población con rentas bajas y mucha inmigración procedente de países pobres, mientras que los vecinos con más recursos marchaban a municipios del entorno. Algo que hace que estas ciudades tengan menos ingresos y a la vez tengan que hacer frente a un mayor gasto social. El riesgo de Mataró, Sabadell, Rubí, Martorell, etc. de acontecer ciudades dormitorio de Barcelona, empobrecidas y segregadas, es cada vez mayor, y sus Ayuntamientos quieren hacer frente juntos para evitarlo.
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