Un momento del No n'hi ha prou 2025. Foto: @AlfonsCanela
Un momento del No n'hi ha prou 2025. Foto: @AlfonsCanela

El No n'hi ha prou de Les Santes, clamoroso, ya es patrimonio festivo de Cataluña

Los mataronins desafían otra vez tres de aguaceros impertinentes para remachar Les Santes con un gran día 28

patrocini FinquesGuillem Santes 25 (1)
 


Les Santes están a punto de terminar básicamente porque Mataró ya no puede decir haba. El 29 de julio es el epílogo, el pásenlo bien, el cierre. Y lo es básicamente porque el 28 ya hace tiempo que se ha convertido en un sprint desbocado de recta final, ese momento de acelerar sin miedo a nada. Sin miedo a nada de forma literal porque ni siquiera la lluvia ha robado ningún ingrediente de la receta de la jornada. El mejor ejemplo, un ¡No n’hi ha prou! colosal y clamoroso. Minutos antes de que comenzara, un buen chaparrón lo empapaba todo. Impertérrita y decidida, la Fiesta Mayor se imponía y a las dos comenzaba el embrujo con más cámaras de televisión que nunca para intentar que toda Cataluña se lleve las manos a la cabeza a la vez al ver qué hacen en la capital del Maresme de madrugada.

Tres veces lluvia impertinente, tres veces Les Santes siguen. Con el 28 con la Cursa hecha, l’Anada a la Residència se retrasó precisamente por un chispeo a la hora en que debía empezar. Fuera sardanas y todo remezclado a eso de la una cuando el séquito fue hasta la Residència de Sant Josep, bailó allí en representación de toda la gente mayor de la ciudad y regresó terminando, como siempre, a deshora. El delirio habitual y todo lo especial del mediodía del 28 era evidente. Desde Maneló –en primera instancia– quedándose solo bailando con l’Àliga con sombrero y orejera pirata bailando 'Mar i Cel' o las Diablesses de juerga y cotillón por los 40 años. A eso de las cuatro largas se acababa la jarana, bajo un sol que vaya tela.

Finalment sí, la Geganta va tancar la dormida 'pròpia' del 28 al migdia.
Finalmente sí, la Geganta cerró la dormida 'propia' del 28 al mediodía.


Segunda lluvia, la que aparece a media Postal de Gegants. La Família Robafaves tuvo que enseñar el pisito a la fuerza a los consuegros de Terrassa, porque justo en el 75º aniversario de la boda de Maneló y Toneta la lluvia quiso ser invitada. Como las familias que reorganizan a toda prisa, se esperó a que amainara y hubo Postal, también un Ball de Dracs que tiene una acogida brutal. La plaza del Ayuntamiento, al final de todo, estaba llena como si fuera el final de la Escapada o el Correguspira. Los actos para que disfruten por igual pequeños y mayores valen doble, y este horario nocturno pero apto es ideal.

Una Juliana deliciosa

La noche del 28 ya está completamente bifurcada, y se nota claramente con la vestimenta de la gente. Hay gente joven totalmente ataviada para la gran sudada que espera el No n’hi ha prou como fundiéndose en la masa de Requisits, donde aún se ve a la otra mitad de la gente bastante arreglada, velando por una gala que la escasa decoración parece haber olvidado. Con La Principal de la Bisbal echando en falta más decibelios para poder llenar toda la plaza, donde sí que era un no parar para bien vestidos y desaliñados era en la barra de la Juliana. Una Juliana, por cierto, buenísima. Exquisita. La unanimidad, que por Les Santes es rara, era clara y la sonrisa compartida entre quienes la servían y quienes la tomaban, al ritmo de consumo de coche antiguo de esos que vacía depósito fácil. Ya se estaba en la línea de meta. 

Justo entonces, el tercer episodio de lluvia. A eso de las dos menos cuarto y un chaparrón que hacía correr a buscar refugio, a algunos, y a pensar que era una Ruixada con mejor temperatura que la de la Nit Boja a muchos otros. Un chaparrón, sin embargo, que no detenía nada. Ni los Requisits ni los preparativos para el No n’hi ha prou. Con una fachada del Ayuntamiento convertida en plató, más iluminada y con más cámaras que nunca gracias a la colaboración entre TV3 y TVMataró, a punto de las dos comenzaba algo muy grande.

 

Todo el davant es un clamor

Será curioso preguntar las audiencias que hará el programa en televisión y sería todo un ejercicio demoscópico preguntar a los no mataronins qué opinan de lo que verán. Delante del Ayuntamiento y una Riera a rebosar se vivió al detalle el clamor por la fiesta y la locura que es el No n’hi ha prou!, un estallido popular que parece mentira que aún no tenga 20 años y que concentra tanta energía que lo que minutos antes era todo agua caída del cielo fue como si empezara a hervir. La efervescencia fue automática, la masa no dejó de saltar, bailar, cantar y ayudar a hacer los huecos oportunos para que las danzas de las figuras pudieran tener lugar.

  • De los tombs con el Allà en Mataró había un tranvía en la canción del acto una y otra vez, o los bailes primero mezclados y después propios, todo fue ocurriendo como el exceso y a la vez la pauta elegida que es este acto. Como el Virolai, que cada año se viraliza como lo más estrambótico de Les Santes, seguramente.


El No n’hi ha prou acabó agotando cartuchos y fuerzas. La mataronada, extasiada, vio salir la Cursa a Pèl y alargar la noche con la habitual Dormida de los borrachos que no aparece en el programa ni falta que hace. Hasta bien bien las seis seguía la juerga. Ya lo dicen, que de la Cursa a todo eso de después del No n’hi ha prou, seguramente el 28 sea el día más largo del año en Mataró. El día en que los capgrossos hacen la capgrossada más buena de todas.

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