Capgròs
La cesta de la compra de Navidad vuelve a encarecerse este 2025 y confirma una tendencia que preocupa cada vez más a los hogares. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el precio medio de los productos típicos de las fiestas se ha incrementado un 5,1% respecto al año pasado y acumula una subida del 57% en la última década. Unos datos que evidencian hasta qué punto la inflación se ha instalado en las comidas navideñas. Los estudios muestran que los incrementos más fuertes se concentran en los alimentos estrella de las celebraciones.
- Las carnes y los mariscos lideran las subidas, con aumentos que alcanzan hasta el 19% en algunos casos.
- Productos como la ternera, las ostras o el jamón ibérico han alcanzado precios récord, mientras que otros clásicos como el cordero, el pavo o determinadas frutas tropicales también registran incrementos significativos.
- Incluso alimentos aparentemente más modestos, como la piña o la granada, se han encarecido cerca de un 9%, según indican los análisis de mercado.
¿Qué se puede hacer?
Ante este escenario, los expertos coinciden en que planificar las compras es clave para proteger la economía doméstica. Comprar con antelación permite esquivar los sobreprecios de última hora, especialmente en los días previos a Nochebuena, cuando la demanda se dispara. Además, optar por congelar carnes o pescados comprados con tiempo puede suponer un ahorro considerable sin renunciar a la calidad. La planificación, sin embargo, no solo tiene un impacto económico. Los especialistas en consumo responsable destacan que también es una herramienta fundamental para reducir el impacto ambiental de las fiestas. Apostar por el comercio de proximidad, elegir productos de temporada y priorizar la compra a granel ayuda a reducir la huella de carbono y los residuos asociados a los envases y al transporte urgente. Otras recomendaciones pasan por ajustar las cantidades para evitar el desperdicio alimentario y sustituir productos muy tensionados por alternativas locales más asequibles. Los expertos señalan que pequeños cambios de hábitos pueden marcar una gran diferencia tanto en el gasto como en la sostenibilidad.
En definitiva, los datos de esta Navidad confirman que el consumo consciente y la planificación son más necesarios que nunca. En un contexto de encarecimiento sostenido, anticiparse y comprar con criterio se convierte en la mejor receta para celebrar las fiestas sin que el presupuesto —ni el planeta— salgan perjudicados.
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