A priori, la esquina de La Riera con la calle Argentona debería ser uno de los cruces más atractivos a nivel inmobiliario de Mataró. En el corazón de la ciudad, en dos de las calles más céntricas y transitadas del casco antiguo, se alza un inmueble de cinco plantas que, en apariencia, cumple con las características de lo que se espera encontrar en un punto como este. Pero en su interior, todo cambia. El edificio lleva ya muchos años en una situación compleja y un estado de degradación evidente, con la mayor parte de los pisos ocupados de manera irregular y, en algunos casos, bastante conflictiva.
Este contexto de precariedad y tensión es el que rodea el grave suceso de la pasada noche del lunes al martes, cuando una mujer se precipitó desde un quinto piso al patio interior del inmueble y resultó gravemente herida. Los Mossos d'Esquadra han detenido a un hombre en el mismo domicilio, su pareja, acusado de violencia de género, y las primeras hipótesis apuntan a que se trataría de un intento de suicidio tras una discusión entre ambos. La víctima, que tiene siete hijos menores a su cargo, se encuentra fuera de peligro vital, pero la gravedad de los hechos vuelve a poner el foco sobre un inmueble que acumula problemas desde hace años.
La propiedad no renovó los alquileres y el bloque quedó a merced de los okupas
Hay que remontarse al año 2021 para encontrar los primeros casos realmente conflictivos, aunque las ocupaciones se venían produciendo desde tiempo atrás. El bloque, en cuya planta baja se encontraba el mítico Xurrero, era propiedad de Bankia (posteriormente de Caixabank, fruto de la absorción). La entidad bancaria dejó de renovar alquileres y de hacer el mantenimiento básico del edificio, de manera que cada vez fueron quedando menos residentes, hasta el punto de que solo quedaban cuatro mujeres de edad avanzada en sus respectivos pisos. El resto, vacíos. Un panorama demasiado atractivo para que las mafias de las ocupaciones, muy activas en Mataró, pasaran de largo.

El edificio desde el que se precipitó la mujer en La Riera
Como en la mayoría de casos similares, un gran número de las ocupaciones las llevaron a cabo personas en situación vulnerable con pocas o ninguna alternativa en el mercado inmobiliario. Pero desde 2021 se produjeron otras de perfil más conflictivo, tal y como denunciaron entonces las inquilinas, asustadas ante el aumento de peleas y problemas de convivencia, y las constantes intervenciones de los Mossos d’Esquadra.
Fuentes de la Policía de la Generalitat señalan a Capgros.com que en los últimos meses han tenido que intervenir en más de una ocasión en el bloque, aunque no lo habían considerado un foco de especial conflictividad en comparación con otros edificios en situación similar. La Unidad de Civismo y Convivencia de la Policía Local, especializada en la gestión de conflictos en inmuebles ocupados, ha estado presente en muchas ocasiones, aunque desde la Policía Local no se ofrecen de momento detalles sobre la situación actual ya que toda la investigación de los hechos ocurridos la pasada noche está a cargo de los Mossos.
La víctima tiene siete menores a su cargo, de los que ya se hacen cargo los servicios sociales
Como es habitual en estos bloques donde la mayoría de viviendas están ocupadas ilegalmente (y que abundan mucho más en Cerdanyola, Rocafonda o El Palau), la entrada y salida de residentes es constante, con una población fluctuante. Este sería el caso de la mujer que resultó gravemente herida, que según testimonios vecinales recogidos por TVMataró, vivía en el bloque desde hacía tan solo tres meses. El perfil vulnerable de la víctima queda claramente de manifiesto con un solo dato: siete menores a su cargo, de los cuales ya se ha hecho cargo el departamento de Derechos Sociales de la Generalitat.
Ahora, el suceso de esta noche actúa como una nueva alerta sobre la situación que se vive en este edificio, en pleno eje comercial y cultural de la ciudad. No solo por el riesgo evidente que supone para la seguridad y la convivencia de quienes viven allí, sino porque es el reflejo de una realidad más amplia: la dejación de determinados inmuebles por parte de grandes tenedores, la falta de intervención preventiva, y el crecimiento de situaciones de vulnerabilidad social y violencia en entornos degradados.
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