Érase un gato, érase un perro, que Les Santes ya se han ido. Tras más de 24 horas desde el último aliento de la Fiesta Mayor, Mataró hace balance y desde Capgròs nos proponemos recuperar, en formato de resumen, lo mejor que ha dado de sí una edición de Les Santes marcada por el tiempo —con lluvia y amenaza de lluvia en diferentes momentos— y sobre todo por una auténtica multitud que ha hecho que todos los actos fueran absolutamente multitudinarios.
Les Santes comenzaron con un primer fin de semana que ya anticipaba el éxito de los días centrales. Fue aquel sábado con gamma extra en la diada castellera por parte de las tres colles y con las Dissantes renovando el voto de compromiso social de cada año y su ‘Jo soc com tu’. El domingo conocimos el nuevo Basilisc petit del Ball de Diables de Mataró, en el marco de la encesa. Días después participó incluso en la Cursa.
Tras el descanso del calendario, que según el año puede variar la densidad festiva, llegaron ya los días más señalados. Un 24 culminado en el Callao, que parecía sonreír viendo regresar las Havaneres ‘a su sitio’ o un 25 con el alma en vilo en el que llovió buena parte de la tarde, se retrasó la Crida pero finalmente se pudo celebrar toda la Nit Boja, un ritual que se completaba con la Ruixada.
Al día siguiente, 26, todo se modulaba para los más pequeños como previa de un 27 radiante y completo, desde las Matinades y la Misa hasta los Focs de baix a mar. Los días 28 y 29 se suponen de desaceleración pero no lo pareció mucho. Mucha gente en la Residència, en los convites de gegants y dracs forans, agotando la Juliana o vibrando con el No n’hi ha prou. También una multitud al día siguiente en el Anem a Tancar. Toda una multitud menos en el Espetec Final, como si representara la contraria.
Han sido unas Santes vividas, participadas y alegres. Como todas Les Santes.
LES MILLORS IMATGES DE LES SANTES 2025