"Si queremos pacificar la N-II es evidente que se tienen que desviar los coches hacia la C-32"

La transformación de la N-II y los nuevos accesos a la C-32 en el Maresme avanza con paso firme después de la autorización del convenio de financiación por parte de la Generalitat y del Ministerio de Transportes. La consejera de Territorio, Silvia Paneque, ha explicado que estas actuaciones son clave para pacificar la N-II y mejorar la conectividad y la seguridad vial del corredor litoral.

“Si queremos pacificar la N-II es evidente que se deben desviar los coches hacia la C-32”, subrayó Paneque este martes, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, agregando que los nuevos enlaces y la mejora de conexiones entre la N-II y la C-32 son fundamentales para lograrlo.

Según Paneque, el convenio —enmarcado en el acuerdo de encomiendas de gestión con el Estado— permitirá que la Generalitat y el Departamento de Territorio se hagan cargo de los estudios, proyectos, licitaciones y ejecución de las obras correspondientes. La consejera avanzó que antes de finalizar el año se licitará la construcción de la rotonda de Alella, que conectará la BP-5002 con la C-32, un punto considerado “estratégico para incrementar la seguridad, la funcionalidad y la incorporación de vehículos a la autopista”.

Además de la pacificación de la N-II, las actuaciones incluirán mejoras en la permeabilidad transversal del corredor, la integración territorial de las infraestructuras y la optimización del transporte público. Paneque destacó que estas intervenciones contribuyen también a la descarbonización de la red vial, uno de los objetivos prioritarios del Departamento.

Estas declaraciones llegan meses después de que el proyecto, con una inversión global de 384 millones de euros del Estado hasta 2032 y 120 millones más de la Generalitat para los nuevos accesos a la C-32, superara años de retrasos e incertidumbres. El secretario de Infraestructuras, Manel Nadal, ya había asegurado que el uso de las encomiendas de gestión duplicaría la capacidad de ejecución de obras y permitiría comenzar los primeros movimientos en el territorio a finales de 2026, con un incremento significativo del ritmo a partir de 2027.

La N-II, que actualmente registra unos 10.000 vehículos diarios, se convertirá progresivamente en una vía con menos tráfico, más segura y con espacios para peatones y bicicletas, mientras que la C-32 reforzará la movilidad del Maresme con nuevos enlaces y mejoras de conectividad, evitando proyectos controvertidos como el enlace de Canet de Mar.

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